Santiago le dedicó "a mis cuatro ángeles en el cielo" el segundo título conseguido con Nacional, Víctor Ibarbo reconoció que "nos golpeó el gol de Equidad, pero nunca perdimos la fe" y Víctor Giraldo, en medio de las lágrimas y producto de la emoción brincaba como un niño mientras decía que "quería ser un jugador grande con Nacional y gracias a Dios lo logramos".
Las reacciones fueron tan diversas apenas llegó el brillo de la undécima estrella como los festejos dentro y fuera del estadio Atanasio Girardot.
Gastón Pezzuti, quien atajó tres lanzamientos desde el punto penalti, se sobró en elogios para "esta gran hinchada" y le dedicó el título a su familia que lo apoyó desde la tribuna de occidental.
Felicitó a sus compañeros por "la garra que le pusieron a esta final" y prometió que "apenas pase el festejo el lunes leeré un poco los periódicos, porque le quiero contar a mis hijos sobre este gran triunfo que logramos con Nacional".
Del primero que se acordó Jairo Patiño en el festejo fue de "Dios, por la ayuda que nos dio en un semestre atípico por tantos inconvenientes". Y terminó feliz porque "el verde recuperó la identidad y con trabajo obtuvimos la gran recompensa: la estrella y el regreso a la Copa Santander Libertadores".
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