Hay notas que le llenan a uno la boca de saliva y le ponen a trabajar los jugos gástricos a mil por hora. Esa investigación sobre el consumo de empanadas en el territorio colombiano, la sola investigación puede producirnos una serie de diarrea de marca mayor. Dicen los de las estadísticas que nosotros, los colombianos, los del palacio presidencial, los de la calle del Cartucho, nos embodegamos cada 24 horas 12 millones de empanadas.
Por supuesto que van incluidas las de arepa de huevo costeñas, las vallunas y, por supuesto, las eclesiales empanaditas paisas que se nos pierden, por su tamaño de monaguillo, entre la caverna de una muela “coca”. Sean de donde sean, las empanadas colombianas son mínimas delicias que se consumen como quien no quiere la cosa. Es como la bendición: al salir de la casa, al entrar a la iglesia y al salir de ella.
Pero si el dato de los doce millones al día es casi una indigestión, su historia es sensacional y como para no creer: se ha descubierto que las empanadas tienen la marca de a. C., es decir, que se consumían antes de Cristo, especialmente en Irán, donde ahora las quieren cambiar por bombas atómicas. Rara la vida: tanto bombas como empanadas producen “explosiones”.
PAUSA. Leer, un vicio que es virtud.
COSAS. Un señor llamado Juan Lozano , no damos las señales particulares, dice que se hagan exámenes médicos a los funcionarios pero que en la lista no figuren los congresistas. ¿Más garantías aparte de las camionetas, la gasolina, los guardaespaldas y otras yerbas?
Ahora sí, a no creer en nada porque el mundo y sus cosas andan “patasarriba”. Se ha “descubierto” que la hoja del tabaco limpia el ambiente. El ambiente lo puede limpiar, si se barre con la hoja, pero los pulmones quedan como una cocina rural. La otra perla del momento es la de la marihuana. Se dice en ciertos círculos científicos que la yerba cura el cáncer, o que por lo menos no permite el crecimiento de metástasis. Todas estas noticias dan la impresión de que quienes las comunican están “trabados”.
De la coca podemos hablar nosotros, los simples mortales: la “coca” es ideal para los matrimonios, es decir, regalar una coca de esas que no sirve para nada y que termina su vida no se sabe dónde. En cualquier parte menos en la nariz, porque no le cabe a nadie, así sea de apellido Lozano....
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6