Bogotá ha sido perturbada con explosivos de bajo poder desde el 20 de junio del año pasado. Ese viernes, un petardo explotó en frente del CAI de Chapinero —norte de la ciudad—. Tres personas quedaron heridas y hubo daños en las fachadas de los edificios. Días más tarde, la guerrilla del Eln se atribuyó ese ataque.
Trece meses después, a tan solo 10 cuadras de ese CAI estalló otro petardo en frente de la sede de Porvenir de la calle 72 con carrera décima. No habían pasado 30 minutos cuando estalló otro en la sede de Porvenir de la localidad de Puente Aranda. Por ambos ataques quedaron heridas 10 personas, una de ellas sigue en estado crítico.
En la mañana de ayer, el presidente Juan Manuel Santos presidió un consejo de seguridad en la Casa de Nariño. Cuando finalizó, formuló tres hipótesis sobre los atentados: “Presionar la mesa de negociación con grupos al margen de la ley” , generar un impacto por “el aniversario del Eln” (guerrilla que cumple 51 años hoy) y “presionar para acabar las negociaciones”. Santos se inclinó por la opción del Eln: “Lo que tenemos como información hasta ahora apunta a que los responsables sean del Eln. Las evidencias hasta ahora apuntan en esa dirección”.
Los atentados que se atribuyó el Eln en meses pasados son distintos a los que se presentaron el jueves anterior. La secretaria de Gobierno de Bogotá, Gloria Flórez, explicó que esta vez hubo un modus operandi distinto: “Dejaron abandonado un paquete envuelto en papel de regalo. Cinco minutos antes de que explotara, los responsables, que no se identificaron, llamaron a la empresa y anunciaron la colocación del explosivo, lo que dio tiempo a que los trabajadores pudieran desalojar las oficinas”.
Preocupa la seguridad
El director del Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc), Rubén Darío Ramírez, explicó que en estos últimos atentados los responsables utilizaron explosivos tipo anfo y no de pólvora negra, material que usó el Eln en ataques anteriores. “El hecho de que hayan sido explosivos con anfo y que llamaran a avisar demuestra un conocimiento especializado en este tipo de ataques. No hemos descartado ninguna hipótesis, pero sí quedan preguntas por resolver: ¿Por qué a las sedes de Porvenir?; “¿A qué candidatos favorecen estos atentados? ¿Por qué algunos se acercaron al lugar de los hechos?”. Para despejar dudas, las autoridades les pidieron a las Farc y al Eln que se pronuncien sobre los atentados.
La única certeza es que los ataques generaron pánico. Al finalizar el consejo de seguridad fueron instalados 24 puestos de control. Además, el Ejército envió 2.000 uniformados para reforzar la seguridad en Bogotá. A estos se sumaron 500 efectivos de la Policía en 24 puestos de control. Sigue vigente, además, la recompensa por 100 millones de pesos para las personas que ayuden a encontrar a los responsables de los atentados.
Desde el punto de vista de Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), “las acciones son evidentemente terroristas: buscan generar pánico e inseguridad. Y sobre esta base del miedo las personas pueden dejar de apoyar el proceso de paz. Frente a la hipótesis del Eln es mejor no ser apresurados”.
Para Ariel Ávila, coordinador del Observatorio de la Fundación Paz y Reconciliación, se debe tener en cuenta que de las siete detonaciones que se han reportado este año en la capital, seis han sido atribuidas al Eln (ver infografía). “Otro dato importante es que uno de los atentados fue contra el Banco de Bogotá, de Luis Carlos Sarmiento Angulo. El jueves fueron atacadas dos sedes de Porvenir, fondo que también es propiedad de Sarmiento Angulo”.
La seguridad en la capital, dijo Ávila, debe ser revaluada: “Desde el atentado en el Club El Nogal se creó un plan candado para Bogotá con el objetivo de que no entraran más explosivos. Se ha hablado de corrupción en las Fuerzas Militares para permitir el ingreso de explosivos. En las últimas acciones el Eln o las bandas criminales subcontratan pandillas para que hagan este tipo de atentados, esto también debe tenerse en cuenta”.
Anoche, al cierre de esta edición estalló otro petardo de bajo poder en la carrera séptima con 21 sin mayores consecuencias.