Mientras en Estados Unidos, la inversión per cápita en empresas de base digital y tecnológica es de 400 dólares, en América Latina no supera los 15 dólares. Así lo indicó el ministro de las TIC de Colombia, David Luna, en el panel sobre la cuarta revolución industrial, que se desarrolló en el Foro Económico Mundial, capítulo latinoamericano.
Esa gran diferencia en términos de capital para los emprendimientos tiene un impacto directo sobre la manera en que la revolución tecnológica será aprovechada en la región.
“No estamos promoviendo la innovación. Hasta que no lo hagamos, no vamos a tener el mismo alcance que tiene actualmente un Silicon Valley (Estados Unidos)”, indicó Ildefonso Guajardo Villareal, ministro de Economía de México.
Desde la visión de los expertos invitados por el WEF, la solución está en entender que los avances tecnológicos son claves para la competitividad del cualquier sociedad. “Permitir y motivar el acceso de la población a la información es la mejor inversión que se puede planear en una política pública”, agregó Brian Gallagher, presidente de United Way Worldwide.
En la discusión a la que también estuvo invitada Claudia Vásquez, presidente para Latinoamérica de AC Technology, se planteó la necesidad de que las empresas privadas y los gobiernos no asuman de manera separada el impacto de la revolución tecnológica. Por el contrario, deben integrar al mercado y a las leyes, la nueva forma de entender a un ciudadano más informado, que demanda soluciones eficientes en todos los ámbitos.