“Póngale la firma que Darwin va a poner a vibrar no solo a Nariño sino también a Colombia durante el Tour”.
Así lo presagiaba, en la previa de la cita francesa, Alex Atapuma, quien no se equivocó luego de ver ayer como su hermano devoraba kilómetros en solitario rumbo a la meta de la etapa 18 entre Briancon y la cumbre de Izoard.
En el día nacional de Colombia, el corredor hizo erizar la piel. A 63 kilómetros para el final, el Puma, como se le conoce a Darwin, se fugó en compañía de 24 corredores en busca del triunfo.
Fue el kazajo Alexei Lutsenko (Astana) quien probó suerte al saltar de ese grupo. Pero el escarabajo criollo lo alcanzó y pasó a 6.5 km de la llegada.
Darwin estaba a 1.5 km de redondear su faena cuando fue interceptado por el local Warren Barguil (Team Sunweb), quien, con más arrestos físicos, fue el vencedor. Atapuma entró segundo, a 20 segundos.
No obstante, su esfuerzo fue recompensado. La fina sonrisa del nariñense lució en el podio ubicado en aquella cima de los Alpes, al ser premiado como el deportista más combativo de la jornada.
“Me imagino que estaba paralizada toda Colombia con la etapa. Estoy feliz por mi actuación pero estaba soñando con regalar un bonito triunfo a mi país en nuestro 20 de julio”, confesó el corredor.
“Álex lo considera un hombre luchador. “Ha vivido momentos difíciles, pero siempre se esmera por recuperarse y salir adelante. En nuestro departamento es considerado un ejemplo de superación”.
Firme ante adversidad
Es tanto el amor que Darwin siente por el ciclismo, que en 2007 no le importó dejar a sus seres queridos para correr en busca de sueños. El equipo antioqueño Orgullo Paisa le abrió las puertas para que se formara como corredor.
En su carrera ha vivido momentos duros como la fractura de clavícula en la Vuelta al Valle-2009; la del fémur izquierdo que lo hizo retirar de su primer Tour de Francia en 2014; el corte en su mano izquierda con arma blanca en 2015 al impedir que le robaran su bicicleta cuando entrenaba; la muerte de su madre Betsabé Hurtado un día antes de iniciar el Giro de Italia-2015, que igual lo corrió.
Y recientemente el trauma craneoencefálico leve que sufrió tras una caída en enero en la Vuelta a San Juan; como la fractura de la muñeca izquierda luego de una caída en abril en la Vuelta al País Vasco.
Ayer, todas esas dificultades quedaron olvidadas al verlo escalar hacia Izoard. El Puma está de vuelta y con el deseo intacto de seguir escribiendo historia.
“No me dejaron ganar, pero lo intentaremos más veces en el futuro”, aseguró esta fiera de la carretera.