“El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué eso no ha ocurrido”, Winston Churchill.
La frase, con la que con toda seguridad debió tropezar más de una vez el expresidente Belisario Betancur en sus largos momentos de soledad del poder, no lo pinta de pies a cabeza. En cambio sí toca dos aspectos que marcaron su mandato y su vida pública. Uno, el sentido de la anticipación. Y dos, la determinación, siempre, de asumir las consecuencias de sus decisiones.
Aunque también en el caso de Betancur, hay un tercero: ese extraño sino que marcó su mandato. Porque, antes de cualquier otra consideración de tipo particular, son dos hechos los que se han empeñado en servir de...
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