La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) divulgó un audio en el que se escucha al gerente de RTVC (Radio Televisión Nacional de Colombia), Juan Pablo Bieri, impartir órdenes para retirar del aire el programa Los puros criollos y alterar los planes de lanzamiento de la quinta temporada del mismo.
Según la FLIP es censura porque las instrucciones se dieron a raíz del malestar que a él (Bieri) y a sus asesores le provocaron las opiniones públicas del presentador del programa Santiago Rivas sobre el proyecto de Ley de modernización TIC y su aparición en La Pulla, de El Espectador.
Los audios corresponden a una charla, del 6 de diciembre de 2018, entre Diana Díaz (entonces directora de Señal Colombia), Juan Pablo Bieri (gerente de RTVC), Martín Pimiento (asesor jurídico de gerencia) y Alejandra Cendales (asesora de gerencia). En su momento, Bieri advirtió públicamente que sus decisiones no obedecían a tintes políticos ni a las opiniones de Rivas frente al Gobierno.
Acerca del tema, el crítico en televisión y profesor universitario Ómar Rincón afirma que el gerente de RTVC ignora los conceptos de TV pública y la tradición de Señal Colombia que, durante muchos años, fue considerado el mejor canal público de América Latina.
“Atenta contra la libertad de prensa porque uno debe luchar para que todas las voces tengan presencia y sean críticas, en especial en un medio público, que es de todos los ciudadanos; distinto a lo que puede suceder con los privados”, anota.
El modelo colombiano de TV pública es similar al de la región: órganos gubernamentales enfocados en programación cultural, tal y como sucede con BBC o TVE, opinión en la que coinciden Rincón y Mauricio Mosquera, que durante cuatro años y medio (2008-2012) fue gerente de Telemedellín, canal que depende de la Alcaldía de la ciudad.
“La TV pública debe ser el lugar de la experimentación audiovisual y de la apertura a todas las culturas. Su carácter ciudadano le obliga a promover y permitir la pluralidad y la participación a todos los grupos de interés. Y sí, pagado por los gobiernos como un ejercicio de comunicación pública y democracia”, afirma Mosquera.
El problema, según el crítico Rincón, es que los espacios informativos politizan la razón de ser de estos canales.
El riesgo en la operación de la televisión pública es que al depender de recursos estatales, entregados por el gobernante de turno, anota Rincón, pueden convertirse en órganos de difusión política y así perder su autonomía.
Actualmente la financiación de estas instituciones depende de los gobiernos departamentales y municipales, en el caso de los regionales y locales, y de los recursos que aporta, para producción, la Autoridad Nacional de Televisión (Antv), mientras que la televisión comercial se subsidia a partir de publicidad y ventas de sus producciones. Ahí está una de las grandes diferencias.
Sus objetivos
En la definición que Señal Colombia tiene de su razón de ser se lee que “es una alternativa a la oferta de contenidos masivos, en la que la diversidad está presente en temas, formatos, estéticas y enfoques”.
Desde lo público, el canal señala que “debe ser una herramienta útil en la construcción de ciudadanía. El canal es un referente para el trabajo y divulgación de los valores culturales y democráticos”. Allí no hace referencia a ningún tema de dependencia política.
Una posición que en otros canales públicos, fuera del país, es más clara, por ejemplo BBC dice que los valores editoriales de la BBC, de Londres, están enfocados en su independencia editorial. “Nos mantenemos al margen de intereses estatales y partidistas, y tampoco apoyamos a ninguna organización, producto, actividad o servicio”.