Cuando se armó el escándalo de la Fifa, en junio, con la detención de varios dirigentes suramericanos, Luis Bedoya Giraldo les enfatizó a los medios que no tenía “nada que esconder”.
También dijo en esa rueda de prensa en Bogotá que “el día en que no haya nada claro me voy y quedamos con la disponibilidad para asumir las responsabilidades”.
Sin embargo, en la carta de renuncia que pasó la semana anterior y que fue aceptada ayer por el Comité Ejecutivo de Colfútbol no hubo claridad en el porqué abandona el cargo que desempeñaba desde 2006 cuando remplazó en el puesto a Óscar Astudillo.
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Pese a que hace cinco meses aseguró que no recibió dádivas, el dirigente dejó de lado el proyecto que defendió. “No recibí coimas, yo siempre estoy sujeto a la vigilancia de mi Comité y me duele que se ponga a la Federación o la Conmebol en tela de juicio, porque las entidades están por encima de las personas”, dijo en esa ocasión.
En los nueve años que estuvo al frente de la entidad logró la sede del Mundial Juvenil para el país en 2011, regresó a Colombia a la Copa Mundo (Brasil-2014), sacó adelante la sede deportiva y administrativa en Bogotá, respaldó el fútbol femenino y gestionó la sede del Mundial de fútbol sala de 2016.
Además, consiguió patrocinios por 54 millones de dólares para las selecciones y potencializó el balompié nacional en todas las categorías.
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Igual, dio un paso al costado y sus compañeros de Comité le aceptaron la renuncia remplazándolo, de manera interina, con Ramón Jesurún, quien era el primer vicepresidente de la entidad y actual presidente de la Dimayor, cargo que también ocupó Bedoya Giraldo entre 2002 y 2006.
¿Asunto personal?
Por eso la sorpresa de algunos dirigentes cuando se conoció su renuncia irrevocable y sin dar la cara, ya que algunos medios aseguran que desde el 4 de noviembre voló hacia Nueva York, donde coincidencialmente una corte de E.U. adelanta investigaciones por el tema de corrupción en la Fifa.
Juan Carlos de la Cuesta, presidente de Nacional, prefiere pensar que la declinación del máximo dirigente del balompié fue “por cuestiones personales” y no por el seguimiento que les hacen a los directivos del fútbol mundial desde el escándalo de Fifa y que ha generado la detención de los presidentes de las federaciones de Venezuela y Brasil, entre otros.
“La salida de Luis nos tomó por sorpresa y estoy convencido de que Colombia pierde un gran líder, una persona con buenas relaciones en Conmebol y Fifa, y un poseedor de un conocimiento acumulado que le ha servido mucho a la Selección. Toca recomponer los rumbos y estoy seguro de que con Ramón Jesurún se seguirá parte del proyecto exitoso que traemos”, indicó De La Cuesta.
Mientras en Chile los integrantes de la Selección y su cuerpo técnico, liderado por José Pekerman, guardan silencio, el presidente del Independiente Medellín, Eduardo Silva Meluk, aparece como otro de los sorprendidos. “Todo debe ser algo más personal y no porque esté involucrado en una investigación, ya que en la última asamblea nos dijo que se sentía seguro, tranquilo y no tenía problemas con temas de Fifa”.
Silva Meluk también lamentó que “se pierda un líder y el responsable de la potencialización del fútbol colombiano”, pero espera que con la llegada de Jesurún se le dé continuidad al proceso que sirvió para volver a figurar en el fútbol mundial.