¿Qué pasa cuando un apneísta se siente enfermo y encima está nervioso por la presión de la competencia? ¿Cómo hace para soportar el agua que oprime sus pulmones a más de 80 metros de profundidad cuando su cuerpo solo quiere vomitar?
Eso le pasó a Sofía Gómez en su primer Campeonato Mundial de Apnea, que se disputó este sábado en Honduras. Y a pesar de que el resultado no fue el que muchos esperaban, la deportista de Pereira logró su meta y quedó feliz.
“Ayer, antes de las 5:00 p.m., anuncié cuánto iba a hacer hoy: 86 metros. Los anuncios son secretos y se sabe qué harán las demás cuando sale la Start List”, relató Sofía a sus seguidores de Twitter.
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“Hoy me levanté muy indispuesta y encima de eso, nerviosa... not good (nada bueno) -continuó Sofía-. 45 minutos antes de mi inmersión fui al agua a calentar y me comencé a sentir peor y peor. 20 minutos antes de la inmersión estaba intentado vomitar”.
Johnny, su novio y entrenador, le dijo: “o te calmas o lo cancelamos, tú puedes lograrlo, solo relájate, no le des importancia”.
Sofía siguió al pie de la letra la recomendación. Fue a la línea, se relajó y disfrutó de la inmersión... “y encima quedé de segunda. Todo es ganancia”, concluyó.
La deportista les dijo a sus seguidores que ganar una medalla de plata no es algo triste y les recordó que este era su primer campeonato mundial, “una competencia difícil donde solo hay una oportunidad de inmersión”.
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Sofía agregó que en ese tipo de competencias hay que elegir profundidades cómodas, que ya hayan alcanzado, y por eso eligió 86 metros, que es su mayor profundidad en inmersión libre.
“Alessia Zecchini, quien ganó oro, hizo 88 metros, y además es una gran apneísta y me siento orgullosa de montarme al podio con ella”, dijo Sofía y remató:
La nadadora de 25 años rompió dos veces el récord mundial de inmersión con bialetas en julio del mes pasado, cuando se sumergió 83 y 84 metros en el mar Caribe, en la isla de Dominica, donde vive con su entrenador.
Este sábado, Sofía Gómez compitió en una categoría distinta a la que le dio el récord mundial, llamada inmersión libre.