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Cuando Alejandra Lara decidió ir a México a ampliar sus conocimientos e intentar mejorar su condición como deportista de élite en las artes marciales mixtas, supuso no solo el sacrificio de dejar su gente, costumbres y ciudad, sino someterse a los riesgos propios de un colombiano en un ambiente distinto pero con la convicción de aprender, hacer contactos y hasta pelear.
En parte lo logró. Dejó amistades, contactos y realizó una pelea que le dejó gratas sensaciones y ganó. Igual quedó con la expectativa de volver. México, dice, tiene más “mundo” en esta disciplina.
A su regreso al país y con el cartel que le permite ser una de las pocas mujeres colombianas practicante de las mma, además de tener un fino porte que, muchas veces es objeto de comentarios como aquel de “¿y esta belleza cómo practica un deporte tan violento?”, Azul -como es conocida por su preferencia por este color-, volverá hoy a la jaula para protagonizar una de las 16 peleas del programa Colombia contra el Mundo, en Bogotá.
¿Qué enseñanzas le dejó la derrota que sufrió el año pasado con Sabina Mazo?
“Fue más una derrota conmigo misma, con mi entrenamiento; me di cuenta de muchas cosas que estaba haciendo mal y que pasaba por alto. Al final me enseñó el camino que debo seguir y la preparación que debo abordar. Simbolizó un avance enorme en el sentido de que después de eso retomé mi carrera con más seriedad y me di cuenta que si esta es mi carrera y que trabajo en esto, debo entrenar muchas horas al día, mejorar mi lucha, mi boxeo, mi jui juitsu y en esas estoy”.
¿Y la estancia en México?
“Me dejó muchas positivas, oportunidades, puertas abiertas y experiencia que no esperaba; entrenar con dos de las mejores peleadoras de ese país, hacerlo en un gran gimnasio profesional y tener gente que me hizo sentir como parte de un equipo, ademas del aprendizaje, las correcciones y las ganas de seguir en este camino”.
¿Por qué regresó?
“Significaba ir a entrenar, a conocer gente nueva, era como un campamento; entrené y justo antes de venirme realicé una pelea que resultó ser satisfactoria, además de lograr más experiencia. Fue como si me hubiera ganado una beca en la universidad de las mma. De resultar algo similar volvería; esta es mi profesión, me encanta y quiero llegar hasta donde más pueda”.
¿Siguen intactos los sueños actuales y los del futuro?
“Mis sueños los fabrico todos los días, por eso digamos que no estoy para el futuro sino sembrando semillas en el presente, en cada aspecto de mi vida. Y en este aspecto, pelear me representa crecer como persona y ampliar horizontes, hace crecer mi mente y cuerpo como un camino de vida en el que alimento ambos”.
¿Y su pelea de hoy, su rival?
“Es volver a lo mío. ¿La rival?... Ninguna es fácil y hay que respetarlas, no subestimarlas. Ella -Lina Franco- es local, pero creo que está en su zona de confort, tengo con qué dominar este combate”.
¿Cómo cambiaría su devenir en caso de triunfo o derrota?
“El futuro solo lo define uno con sus acciones y no necesariamente ganar o perder una pelea significa que uno deba renunciar si se perdió o dormirse en los laureles si se ganó. Es simplemente un peldaño que hay que volver a escalar y mientras más herramientas te de la vida y mejor trabaje uno y tenga con qué se llegará más alto” .