Las piernas le temblaron, sintió el vacío en el estómago y al tocar la cancha pensó que se iba a caer.
Fueron muchas emociones combinadas en milésimas de segundos las que experimentó Jaime Andrés Giraldo, el central que debutó con Medellín en el juego ante Santa Fe, el pasado fin de semana.
Alegría, nervios y ansiedad, todo se mezcló en su interior mientras iba ascendiendo rumbo al campo del Atanasio Girardot.
Y aunque su primer pase fue errado, poco a poco tomó confianza y en los 65 minutos que estuvo -una molestia en su pierna forzó la salida- lo hizo muy bien y fue felicitado por sus compañeros y el técnico Juan José Peláez.
Precisamente el entrenador dijo que “es un joven con muchas condiciones, lo hizo bien, con los nervios normales del debut, pero muy aplicado y técnico”.
Sus 190 centímetros de estatura, unidos a sus condiciones técnicas y el perfil zurdo que maneja, lo hacen tener un plus no solo en la defensa del Poderoso sino en el fútbol nacional, pues es de los pocos centrales con estas características.
Sobre su experiencia comentó que se sintió bien. “Contento, con muchas sensaciones que no se pueden ni explicar, el profe me dijo que lo hice bien y eso me da mucha más motivación para seguir trabajando, luchando por jugar con este grupo”, dijo el defensor.
La lesión que sufrió no es grave, fue una fatiga leve, con un poco de inflamación del músculo, entonces por prevención lo enviaron a hacer trabajos suaves, aprovechando la semana de receso.
De sus compañeros afirmó que le ayudaron para tener calma y seguridad: “Ellos son fuertes en marca, muy técnicos, me hablan mucho, me apoyan, me guían y eso hace que me sienta respaldado y aprendiendo de cada uno”.