En Colombia las cifras de violencia contra la mujer crecen de manera exorbitante y no se trata de un tema exclusivo de un sector de la población, ya que se ha generalizado sin importar el estrato, la ciudad o la edad.
Y aunque se han creado algunas campañas y medidas para rechazar este tipo de fenómenos, suceden cosas como la convocatoria de Pablo Armero, protagonista de violencia doméstica, que genera polémica y rechazo.
Además, mientras que en ligas como la de China cuentan con un código de disciplina que les exige comportamiento ejemplar a los jugadores que son castigados si fallan, en Colombia no existe un tratado para establecer límites en ese sentido.
En la historia del fútbol nacional y, en especial en la Selección Colombia, se le ha dado espacio a jugadores que no tienen comportamientos acordes a su imagen de ídolos y en lugar de ser sancionados, son “premiados” con su convocatoria al equipo tricolor.
Así quedó en evidencia la semana pasada, tras el llamado que José Néstor Pekerman hizo de jugadores como Pablo Armero y Abel Aguilar, señalados de violencia intrafamiliar, y de Luis Quiñones, quien ha sido expulsado de equipos como Santa Fe y Junior, por mal comportamiento.
La polémica se agitó cuando la periodista Andrea Guerrero se pronunció en contra de la presencia de Armero en el grupo. De inmediato, algunos, incluso el mismo jugador, expresaron que debían darle una segunda oportunidad ya que se trataba de su vida privada.
Para el técnico Pekerman, consultado en rueda de prensa, antes del partido con Bolivia, “lo de Pablo no fue comprobado y cuando lo visité en Brasil estaba con su esposa e hijos, lo vi bien, en un hogar con armonía”.
Cosa diferente piensan en la Organización de Naciones Unidas –ONU– Mujeres Colombia, que ayer en un pronunciamiento solicitaron que tanto la Federación como el técnico y, sobre todo, Armero, ofrezcan disculpas y se comprometan en campañas contra la violencia a la mujer.
“Esta situación siempre es intolerable y nunca un asunto privado. Por ello le solicitamos a la Federación Colombiana de Fútbol que tome las medidas sobre cualquier miembro de su plantilla que protagonice episodios de violencia contra las mujeres, se pronuncie públicamente frente a la polémica suscitada por la convocatoria a Pablo Armero y mantenga coherencia con los compromisos adquiridos y con las campañas, que desde el seno de su misma institución, se impulsen”, dice el comunicado, haciendo referencia a las palabras que expresó Ramón Jesurun, presidente de Colfútbol, durante la inauguración de la Liga Femenina, cuando sostuvo que “es un compromiso de todos apoyar a las mujeres en su lucha contra la violencia. Este torneo servirá para que dejemos de hablar de ello. Daremos todo el impulso a iniciativas como estas”.
Desde la Dimayor y aprovechando el mes de la mujer se lanzó la campaña #Mecomprometo, con la que se busca que los hombres cuiden y velen por el bienestar, la equidad y la defensa de los derechos de la mujer. Así lo ratificó Catalina Melendro, encargada de las campañas especiales de Dimayor.
El columnista Adolfo Zableh se trata de no justificar este tipo de actos, pero antes de entrar a señalar o a juzgar, se deben generar acciones para que tales hechos no se repitan y los protagonistas tomen conciencia y lo corrijan.
“No justifico ningún tipo de violencia y considero que debería haber sanciones (económicas o de convocatoria), pero más allá también es prudente entrar a mirar el entorno y acompañar al jugador para que realice un trabajo con el fin de que entienda, tanto él, como las personas afectadas por su comportamiento, que no está bien esas actitudes, con las cuales no debe haber ninguna tolerancia o aceptación”.