Con la visita a la sede deportiva de Guarne y una reunión con directivos y miembros de la Comisión Técnica, empezó a rodar ayer la era de Juan Manuel Lillo en Nacional. “Estuvo conociendo y llenándose de información”, dijo el presidente Andrés Botero. Aquí, retos del español:
Convencer a los hinchas verdolagas
Sebastián Álvarez, en nombre de un amplio sector de la afición, le recordó a Reinaldo Rueda el día de la despedida que al comienzo su nombre tuvo resistencia porque las estadísticas apenas lo mostraban con un título. La historia se repite con Lillo, quien goza de amplio prestigio pero su palmarés aún no registra victorias importantes. Solo los resultados y un fútbol que guste lo acercará a la exigente fanaticada verdolaga que acaba de decirle adiós al técnico más exitoso en siete décadas.
Utilizar la despensa de juveniles
Sin duda que el anuncio que hicieron el presidente Andrés Botero y el gerente deportivo Víctor Marulanda de que el club necesita bajar costos, implica echar mano de la despensa. El saliente estratega dejó un grupo importante de muchachos que ya dieron los primeros pasos y solo necesitan oportunidades para consolidarse. Entre ellos, Carlos Cuesta (ya avanzado), Sebastián Támara, Juan P. Ramírez, Juan D. Ramírez, Hadier Borja, Andrés Sarmiento, Duván Restrepo, Albín Domínguez, David Pérez y Cristian Moya.
Contacto directo con las bases
Como lo manifestó la Comisión Técnica, Lillo quiere trabajar muy cerca del equipo sub-20, pero el proyecto requiere que también se miren las otras categorías para que se vaya formando un prototipo de jugador, acorde con el perfil que se maneje en el club y que como señala Marulanda, debe sobresalir por la “inteligencia de juego y la buena toma de decisiones en la cancha y fuera de ella”. En las últimas temporadas las divisiones menores recuperaron protagonismo, luego de un período en el que poco se miraba hacia abajo por el afán de alcanzar resultados. Así, el club se benefició deportiva y económicamente, pues las transferencias de Marlos Moreno y Dávinson Sánchez, para solo mencionar dos, permitieron ingresos importantes.
Imponer un estilo de juego
La forma de jugar será determinante para lograr la comunión con los hinchas. Imponer un estilo, asegura el entrenador paisa Hugo Gallego, “tarda tiempo”. Las preguntas que surgen son: ¿Tendrán paciencia los dirigentes y la fanaticada?, ¿asimilarán rápido el cambio los jugadores? En el medio se dice, aunque Nacional no lo confirma, que Juan Carlos Osorio recomendó a Lillo y que su fútbol es parecido. Es bueno recordar que a pesar de sus buenas campañas con el verde, la forma de juego del risaraldense, hoy con la Selección de México, no agradaba a muchos aficionados.
Aprovechar el centro de alto rendimiento
Nacional hizo una alta inversión en este centro, apuntando a un modelo como equipo internacional. Una idea de Osorio, encomendada para su desarrollo a Juan Pablo Ángel. Algunas diferencias de conceptos entre el exgoleador y el preparador físico Carlos Velasco generaron roces durante la convalecencia de Rueda tras su operación de cadera, y allí empezó el distanciamiento que terminó con su renuncia. De Lillo y su equipo de trabajo se espera sacar el máximo provecho de este recurso para proyectar futbolistas, que se hable el mismo idioma en el proyecto.