x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Gema, la nieve y John Saldarriaga

El periodista y escritor presenta Gema, la nieve y el batracio, una novela en la que cuenta un país.

  • John Saldarriaga, periodista de EL COLOMBIANO, cuenta la historia de un país que ha perdido la memoria, en su novela Gema, la nieve y el batracio, que se lanza hoy en la Fiesta. FOTO Edwin Bustamante
    John Saldarriaga, periodista de EL COLOMBIANO, cuenta la historia de un país que ha perdido la memoria, en su novela Gema, la nieve y el batracio, que se lanza hoy en la Fiesta. FOTO Edwin Bustamante
14 de septiembre de 2015
bookmark

John Saldarriaga cree –creer está siempre en la respuesta que él da a un cómo estás– que está bien. Luego puede uno sentarse a conversar, al lado de un tinto –siempre al lado de un tinto–, y él cuenta historias, como narrador innato que es. Aunque cuando son las 9:00 de la mañana, y uno casi se ha recién levantado, él ya ha vivido más de cuatro o cinco horas, contando historias en el papel. Se levanta temprano, muy temprano, a ser escritor, que es lo que realmente creemos que es.

El año pasado presentó dos libros, Vida y milagros, de crónicas, reportajes y perfiles, y El alma de las cosas, de relatos. Ahora presenta esta novela, Gema, la nieve y el batracio.

Gema, protagonista de este libro, escribe la historia de su país, porque hay una amnesia colectiva. ¿De dónde esa idea?

“Gema, la nieve y el batracio es la historia de un país que ha perdido la memoria, en gran medida por haber padecido gobiernos nefastos. Un gobernante dictatorial que cambió nombres de los lugares por otros que les resultaran más familiares, como los de algunos de sus parientes. También contribuyó a esa amnesia, la ocurrencia de algunos desastres naturales que destruyeron archivos y registros. El gobernante que aparece en la historia, Pompilio Páez, es un sujeto corrupto, mafioso, abyecto, que con su actitud también ha contribuido a ese olvido. Sin embargo, para que la población no diga que no se ocupa de los asuntos culturales, contrató a Gema Del Llano, una antropóloga, para que intente recuperar la historia.

En su trabajo, Gema va encontrando las huellas del pasado y, con eso, una noción de dónde viene su pueblo, esencial para entender a dónde va o para incidir en la construcción del propio destino. Se ve obligada a visitar zonas que antes eran proscritas, como las Montañas Lejanas, habitadas por seres estigmatizados. Descubre un mundo y unos habitantes, sí, con diferencias en su modo de vida a los de la región central, pero no los seres despreciables que antes todos creían que eran”.

Gema padece una enfermedad, la de ver las cosas en su justa dimensión. ¿Eso no sería algo interesante en la vida real?

“La familia, el sistema educativo, la Iglesia, la sociedad ejercen sobre los individuos ciertos condicionamientos ideológicos que inciden en su forma de concebir el mundo. Lo ideal sería que estos aprovecharan los conocimientos, los saberes, los usos cotidianos para enriquecer un criterio propio y no terminen, como los líquidos, adoptando su forma a la del molde donde se encuentran. Hacia allá debería dirigir sus esfuerzos la educación: a poner en cuestión pensamientos hegemónicos y a impulsar en los individuos ideas más originales”.

¿Cómo inició esta novela?

“Se dice que los escritores escriben de lo que saben, de lo que viven, de la experiencia. También de lo que investigan. Una historia es como un mar donde desembocan esas vivencias y experiencias. Todas son útiles, ninguna más importante que otra, aunque uno no sepa cuándo las va a utilizar. Un escritor como Emilio Salgari escribió historias de aventuras, las de Sandokán entre ellas, ambientadas en mares de Malasia o Las Antillas, sin haber salido de Italia: basado en la investigación, la consulta en libros... En cambio Ernest Hemingway, por su personalidad, tal vez hubiera hecho muy poco con todo eso. La suya es una narrativa a partir de las vivencias. En mi caso, las fuentes son de lado y lado. Los lugares y las gentes que he conocido, aparecen un día en mis historias. Por otra parte, pertenezco a una generación en la que el narcotráfico permeó la cultura y el gobierno. En la cultura sembró sus métodos para alcanzar los ideales; en el gobierno corrompió hasta la sal. Muestras de gobernantes mafiosos las hemos tenido por decenas. Y sabemos que en esos lugares donde ellos han ejercido su poder, la Constitución y las leyes, lo mismo que las costumbres, ceden paso a otro tipo de normas, como la del silencio”.

La protagonista concibe su labor como la posibilidad de vivir una aventura. ¿Así deberían ser las cosas aquí?

“La búsqueda de conocimiento y de saber abriga, por supuesto, aventura. Porque se trata, en todos los casos, de un viaje a lo desconocido. El cazador que se interna en el bosque y se esconde tras los grandes troncos a la espera de una presa; Jim Hawkins, ese muchacho que se arriesga a ir por los mares en un viaje con piratas para hallar una isla en la que supuestamente hay un tesoro... corren riesgos de perecer o, al menos, de perder la vida que siempre han llevado, la cual, aunque no sea cómoda ni holgada y sí con dificultades, ya la han domesticado y mal que bien saben vivir en ella. Asumen peligros que pueden cambiar su vida. Igual una investigadora, como Gema Del Llano, que en sus búsquedas de saberes y conocimientos puede encontrarse con un saber que cambie por completo sus ideas del mundo, su percepción de las cosas. Tal vez en el bosque de las ideas donde se mueven los investigadores, los riesgos consistan en enfrentarse a pensamientos, a ideologías que intenten aplastar las propias o las preconcebidas, como fieras simbólicas. Y hay algo claro: después de las aventuras, ni el cazador, ni Jim Hawkins, ni Gema del Llano vuelven a ser los de antes”.

¿A qué horas escribir una novela, cuando se es periodista?

“La vocación es esa necesidad imperiosa de tener que dedicarse a un asunto, el de escritor en este caso, que hace que nada sea una disculpa, un obstáculo para hacerlo. Esta ayuda a conseguir la disciplina, que ayuda a aprovechar el talento. Vocación, disciplina y talento: estos tres elementos ya los había mencionado William Faulkner como condiciones básicas para ser escritor”.

En la dedicatoria dice, entender la vida en mayúsculas. ¿Qué es entender la VIDA en mayúsculas?

“Las personas que asumen la vida con mayúsculas, son de un trascendentalismo tal, que para ellas no existe un acto minúsculo, una acción de menor importancia que otra. A todas les entregan la misma pasión, el mismo esfuerzo, la misma capacidad neuronal”.

El empleo que buscas
está a un clic
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD