Otra vez la Feria de las Flores. Y con ella, la fiesta que exalta las tradiciones, vigentes o en extinción, del pueblo paisa.
Esa fiesta comenzó con el Desfile de Silleteros, en 1957, cuando los vendedores de flores, procedentes de Santa Elena, motivados por Arturo Uribe Arango, para que recorrieran algunas calles céntricas y mostraran la belleza que había en aquellos ramos de flores... Se acabaron las silletas como medio de transporte de los vegetales –en el siglo antepasado ya se había acabado como medio de transporte de personas– y el desfile siguió realizándose anualmente para recordar esa tradición extinta.
Y al Desfile fueron añadiendo actividades que reforzaran esos usos paisas, es decir, de la Antioquia andina y cafetera; no tanto ribereña ni costeña: la arriería, la música, las trovas, los vestuarios, la gastronomía... Visita al corregimiento del oriente de Medellín para observar los preparativos de los silleteros, las muestras artesanales, los desfiles de carros...
En los últimos años han incluido actividades que representan las culturas de esas zonas antes excluidas: Urabá, el Bajo Cauca y el Magdalena, y hasta folclor de otros departamentos de Colombia y expresiones artísticas de diversas partes del planeta.
La inauguración es en el sector de Obelisco, con concierto de las Hermanitas Calle, a las 6:00 p.m., y con Festival de la Trova, en el Parque de Los Deseos, a la misma hora.
En nueve días, la Feria de las Flores tiene programas para gustos distintos.
