Como un reconocimiento a una trayectoria mayor de 10 años, el Ministerio de Cultura otorgó el Premio Nacional de Fotografía al antioqueño Jesús Abad Colorado por su serie: Mata que Dios perdona.
“No es un nombre que quiera legitimar estos actos. Este trabajo es un llamado a las iglesias pero también a nuestro sistema educativo. ¿De qué manera estamos formando a nuestra sociedad? Los mandamientos son un tratado ético de respeto y de amor por la vida y la naturaleza, pero en este país los valores se tergiversan a través de los símbolos religiosos”, dijo a EL COLOMBIANO.
Mata que Dios perdona se compone de cientos de fotografías, pero para el premio Abad seleccionó 15 de ellas. En la selección se registra la utilización de símbolos religiosos por parte de diferentes actores armados en Colombia como guerrilleros, paramilitares, integrantes de bandas criminales y personal de la Fuerza Pública.
Pero su crítica no es a estos actores, ni necesariamente a su uso de simbología religiosa o sus graffitis en casas de desplazados donde el fotógrafo leyó en uno de sus viajes: mata que Dios perdona. Su crítica va dirigida a la sociedad que no entiende que un proyecto ético de civilidad, de hermandad y amor por el prójimo debería respetar la vida, el pensamiento a los demás y la naturaleza.
Para el premiado reportero “parte de la enfermedad de la corrupción en Colombia está en sus líderes políticos que no cumplen con ese tratado ético que son los mandamiento y roban del presupuesto y no aman a su prójimo y su pueblo. Eso es parte del germen de la violencia, y hasta sectores de la iglesia en el país actúan mal y nos dividen, yo puedo hablar de sacerdotes y grupos cristianos como lazos marianos en el oriente antioqueño que, se dedican a sembrar odio y cizaña en sus feligreses”. Su convicción lo lleva a reflexionar sobre la fe, y para él la fe “tiene que ver con el amor y no con la guerra, ni la puntería, ni la protección de los que cubren asuntos criminales”.
Los jurados del premio recomendaron por unanimidad otorgar el estímulo de $40.000.000 de pesos al antioqueño. “Soy de los que poco se presenta a premios. Varios de los que tengo me los han otorgado por nominación. Para este premio otras personas me alentaron diciendo que era un trabajo meritorio y como soy un reportero independiente pues estos premios nos ayudan a seguir caminando, porque el periodismo se hace más a pie que desde las oficinas”.
El reportero gráfico trabajó en EL COLOMBIANO desde 1992 hasta el año 2001. Sus exposiciones fotográficas y charlas se han extendido por todo el país y ha sido merecedor de varios premios como el de Creación en artes plásticas de la Alcaldía de Medellín (2005), el Simón Bolívar (2000, 2001, 2003), el Premio Caritas Lucerna Suiza para la búsqueda de la verdad y justicia (2006) y, entre otros, en Estados Unidos obtuvo un premio que por primera vez se le daba a un reportero gráfico: el del Comité para la protección de periodistas (CPJ) en el año 2005.
Como parte del reconocimiento, se expondrá su trabajo desde el 20 de octubre de 2018, en la muestra El testigo, en el Claustro de San Agustín en Bogotá.