La ciudad de los libros cerró sus puertas tras una semana llena de experiencias que giraron en torno al muy vigente hábito de la lectura.
Esta edición de la Fiesta del Libro y la Cultura empezó su recorrido en el vagón del Nadaísmo en el Metro de Medellín, se topó con las lecciones del arqueólogo mexicano Eduardo Matos y se quitó el sombrero para saludar a Frankenstein en su cumpleaños número 200.
Los asistentes se dejaron deslumbrar por las letras de Alonso Cueto, María Baranda, Javier Moro, Pilar Quintana, Jonathan Levi y Juan Villoro, solo por nombrar algunos de los escritores invitados.
La Fiesta exaltó de forma muy especial al poeta Elkin Restrepo, ganador del premio León de Greiff y se dejó maravillar con las explicaciones del doctor Rodolfo Llinás y su conclusión sobre por qué la vida, según él, es inevitable.
“Este tipo de encuentros con la ciudad generan una unión que perdura en el tiempo, ganando experiencias y sumando aventuras literarias a futuro”, comentó Diego Aristizábal, director de la Fiesta.
En cifras
Esta feria, que se planeó durante casi un año, recibió cerca de 500 mil visitas en toda la semana.
En el Jardín Lectura Viva, el espacio donde se pretende educar a los futuros lectores, se llevaron a cabo 2.600 talleres, con 34 entidades aliadas y se registró una participación cercana a 120 mil personas, lo cual significa un incremento de 13 mil participantes con respecto a 2017.
México a todo dar
“Solo a través de la cultura podemos transmitir sociedades”, comentó Blanca María Alcalá, la Embajadora de México en Colombia. El país invitado contó con más de 50 personajes que compartieron con lectores en las charlas de la tarde. El evento también convidó a cocineras tradicionales e ilustradores.
Y la Fiesta sonó
La música estuvo presente con artistas como Ofelia del Rosal, Puerto Candelaria, New York Round Midnight y varias orquestas locales que representaron a Medellín en el concierto Paz sin fronteras en la clausura .