¿Por qué Inglaterra va al Mundial como estado independiente, si hace parte del Reino Unido con Escocia, Gales y un pedazo de Irlanda? Un lujo que puede darse el país cuna del fútbol, ¿o no?
Esas son preguntas que puede resolver mientras los equipos se enfrentan por llevarse a casa la copa que mide 36.9 centímetros, está hecha de 18 kilates y pesa 6.175 gramos.
“Todo depende de la curiosidad de los espectadores”, sostiene Jorge Giraldo, quien hace unos días, en su columna Didáctica Panini, publicada en de este diario el 14 de mayo, habló de cuánto aprende observando los álbumes de caramelos de la mayor fiesta del fútbol.
Está convencido de que el Mundial, por medio del placer, puede enseñar tanto como pocas cosas en la vida logran hacerlo. Comenzando por las banderitas de los países, los colores que los identifican, un aficionado puede irse metiendo sin esfuerzo ni sacrificio a un mundo de conocimiento.
“Por qué hay negros jugando en Alemania”, dice él que puede ser otra duda. Una más podría ser: ¿Cómo le dicen a los guayos en México? ¡Pues tachones! Chuteadoras en Chile y botines en Argentina.
Con los apellidos de origen galo de ciertos jugadores de varias selecciones africanas, que, por cierto, también hablan francés, fácilmente se puede indagar por las migraciones y colonizaciones del país europeo.
“Yo me precio de ser atento en los temas de geografía política. Sin embargo, cuando miré las páginas del álbum dedicadas a las ciudades que serán sedes de partidos, descubrí que no sé dónde queda más de la mitad de ellas”, escribió Giraldo.
En religiosidad, hay que notar cómo la estrella de la Selección de Egipto, Mahamed Salah, se arrodilla y toca el césped con la frente cuando convierte un gol, distinto a las expresiones católicas o, más bien, cristianas de colombianos o brasileños.
Por su parte, Sergio Restrepo, gestor cultural y director del Claustro San Ignacio, de Comfama, afirma que uno puede aprender en cualquier parte y situación; no solo en la escuela. “El Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos nos ponen a hablar del mundo, de países que de otra forma tal vez poco mencionaríamos. De los gustos, realidades y costumbres de sus habitantes.
“¿Pensaríamos en Senegal sin que Colombia tuviera que enfrentarse a él?”. Nadie se ocuparía en saber que su capital es Dakar o que está situado en el Occidente de África.
“¿Y qué decir sobre cuánto aprendemos del país anfitrión? La ceremonia inaugural es bellísima: en ella mostrarán parte de su cultura: su vestuario, su música, sus elementos simbólicos”, indica Sergio.
En fin, solo con nombrar a Rusia, ya tiene un primer dato: es el país más extenso del mundo, tiene una superficie de 17.1 millones de kilómetros cuadrados. Caben 56 Italias, 47 Alemanias y casi 15 Colombias.