Urabá festeja desde ya la llegada de los Leones y les prepara un gran recibimiento para este domingo.
El sueño se hace realidad y como asegura el dirigente John Bernardo Ochoa, a quien hace cuatro años le encomendaron la tarea de llevar a Turbo el balompié profesional, “este hecho supone, de entrada, una ganancia de miles de millones de pesos en buena imagen para la zona, y gran oportunidad de superar el estigma por los sucesos violentos del pasado”.
No fue fácil convencer a los socios de la Dimayor para que dieran el visto bueno, luego de otros intentos fallidos también con Águilas y Expreso Rojo, pero al fin dieron el sí en la última asamblea y, de esta manera, hacer justicia con una región que es rica en futbolistas. Para muestra, los once jugadores que ha aportado a las selecciones de mayores de Colombia en eliminatorias y mundiales, comenzando por Luis Carlos Perea, el primer profesional que le dio al país.
John Jairo Tréllez, Ever Palacios, Aquivaldo Mosquera, Geovanni Casiani, Herman Gaviria, Néstor Ortiz, Camilo Zúñiga y Juan Guillermo Cuadrado son muestras significativas.
Con 40 escuelas de fútbol a las que acuden cerca de 4.000 menores, programas de capacitación en entrenamiento deportivo y Educación Física, orientados por el Sena, la U. de A. y el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, Urabá fortalecerá su base futbolera.
Los cerca de 650.000 habitantes que hay en Chigorodó, Carepa, Apartadó, Necoclí y Turbo se convierten en un potencial para forjar una afición que seguramente llenará en cada jornada las graderías del estadio J.J. Tréllez de Turbo, construido entre 2008 y 2011 y que tiene capacidad para 10.000 personas.
“Esperamos que la estadía allí no solo sea por un año, sino por mucho tiempo”, dijo Jaime Robledo, el presidente del club que el pasado semestre actuó como local en Bello.
El dirigente agregó que tendrán una nómina de 25 jugadores y fortalecerán sus bases con el talento urabaense.