Una deuda de 10,6 billones de pesos es la manzana de la discordia entre los prestadores de servicios de salud en Colombia, sus pagadores, los entes territoriales y el Gobierno Nacional, ya que apenas se reconoce como válida el 52 %.
La cifra es muy cuantiosa, considerando que en un año los colombianos gastan en salud pública y privada más de 62 billones de pesos.
La enorme factura, que tiene en aprietos la caja de las EPS y las IPS, forma parte de las complejidades financieras con que opera la salud. De eso no se salva el Gobierno Nacional, que hasta 2014 financió con holgura los gastos en este frente, y que para este año tiene un faltante de 389.000 millones de pesos .