Una estrategia que fue definida por el Gobierno como “espacios diversos de convergencia y construcción del tejido social, fortalecimiento a las organizaciones y que a partir del enfoque diferencial se fomente la autonomía y el respeto por las tradiciones alimenticias y culturales en general”.
Al respecto, dice el Ministerio Público que investigará si en efecto el dinero destinado al programa de asistencia alimentaria habría sido desviado para campañas electorales, entre ellas, la de la alcaldesa del municipio de Albania.
Así mismo, se busca establecer la presunta responsabilidad disciplinaria de funcionarios por establecer, por el no pago de honorarios, en septiembre de 2023, a las manipuladoras y proveedores subcontratados para la ejecución del programa.
Dentro de la indagación previa, fue solicitada la documentación del contrato de “ollas comunitarias” e información que permita establecer si la función de ordenador del gasto fue delegada a una autoridad distinta al entonces director general de la UNGRD, Olmedo López, actualmente investigado por los organismos del país por ser uno de los cerebros en el entramado de corrupción.
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“Esta indagación se suma a la también abierta por la Procuraduría por posibles irregularidades en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), con relación a la ejecución de este mismo proyecto en Córdoba”, precisó el organismo de control.
Según el presidente, Gustavo Petro, el programa de ollas comunitarias es el insumo para un plan mucho más grande y a largo plazo, que abarcar la compra de cosechas a los campesinos y la creación de una red de distribución de alimentos a bajo precio.
“La solución de fondo es garantizar a la población vulnerable un sistema permanente de abastecimiento de alimentos, impulsado por el Estado. Las medidas de urgencia no nos solucionan el problema. Nos sirven para paliar los días que estamos viviendo, sobrepasarlos, pero hay que establecer las medidas de más largo plazo, que nos permitan vivir bien, a pesar de que los inviernos empeoren”, señaló en diciembre pasado el jefe de Estado.
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Sin embargo, el programa no deja de generar inquietudes que se acentúan a medida que comienza la etapa electoral en firme con miras a los comicios regionales de octubre próximo. Recientemente, la representante a la Cámara Carolina Arbeláez (Cambio Radical) reclamó que el Gobierno les adeuda varios recursos a las organizaciones, lo que ha implicado paralizar las ollas comunitarias en algunas poblaciones.
Ahora bien, las ollas comunitarias no dejan de ser una iniciativa positiva para luchar contra el hambre que persiste en el país y para empoderar a las comunidades de cara a su desarrollo. Sin embargo, las dudas y cuestionamientos que siguen empantanando el programa podrían echar al traste el proyecto. Su vigilancia y transparencia en época electoral serán determinantes para lograr constituirse en una iniciativa de largo plazo que le haga frente al hambre.
Así mismo, se busca establecer la presunta responsabilidad disciplinaria de funcionarios por establecer, por el no pago de honorarios, en septiembre de 2023, a las manipuladoras y proveedores subcontratados para la ejecución del programa.
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Dentro de la indagación previa, fue solicitada la documentación del contrato de “ollas comunitarias” e información que permita establecer si la función de ordenador del gasto fue delegada a una autoridad distinta al entonces director general de la UNGRD, Olmedo López, actualmente investigado por los organismos del país por ser uno de los cerebros en el entramado de corrupción.
Según el presidente, Gustavo Petro, el programa de ollas comunitarias es el insumo para un plan mucho más grande y a largo plazo, que abarcar la compra de cosechas a los campesinos y la creación de una red de distribución de alimentos a bajo precio.
“La solución de fondo es garantizar a la población vulnerable un sistema permanente de abastecimiento de alimentos, impulsado por el Estado. Las medidas de urgencia no nos solucionan el problema. Nos sirven para paliar los días que estamos viviendo, sobrepasarlos, pero hay que establecer las medidas de más largo plazo, que nos permitan vivir bien, a pesar de que los inviernos empeoren”, señaló en diciembre pasado el jefe de Estado.
Sin embargo, el programa no deja de generar inquietudes que se acentúan a medida que comienza la etapa electoral en firme con miras a los comicios regionales de octubre próximo. Recientemente, la representante a la Cámara Carolina Arbeláez (Cambio Radical) reclamó que el Gobierno les adeuda varios recursos a las organizaciones, lo que ha implicado paralizar las ollas comunitarias en algunas poblaciones.
Ahora bien, las ollas comunitarias son una iniciativa positiva para luchar contra el hambre que persiste en el país y para empoderar a las comunidades de cara a su desarrollo. Sin embargo, las dudas y cuestionamientos que siguen empantanando el programa podrían echar al traste el proyecto. Su vigilancia y transparencia en época electoral serán determinantes para lograr constituirse en una iniciativa de largo plazo que le haga frente al hambre.
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