No estar presente en las sesiones y trabajar al mismo tiempo, es un binomio que para el grueso de los ciudadanos representa una contradicción.
Lo común es que a las 9:00 a.m. los congresistas estén presentes en el inicio de las sesiones, que al medio día se empiecen a notar las sillas vacías en el recinto y al final de la tarde entre el 30 y el 40 por ciento se hayan ido, a no ser que vayan a discutir iniciativas urgentes del Gobierno.
Con el objetivo de paliar este actuar histórico, que afecta la percepción ciudadana sobre el Congreso, el pasado martes la Comisión Primera del Senado desempolvó el proyecto de ley número 66 de 2015, que pretende endurecer las sanciones a la inasistencia de los congresistas, pero que fue aplazado por ausentismo.
Según el senador Alfredo Rangel (CD), autor de la iniciativa, hoy existe otra oportunidad para que el proyecto sea aprobado y pase a la plenaria del Senado, de lo contrario, tendrá que iniciar el trámite de cero en la próxima legislatura. “El proyecto quiere hacer más legítima la labor del Congreso. Se modificaría el reglamento para que exista el llamado a lista al inicio y al final de las sesiones. Habría un descuento salarial y una multa de un salario mínimo”.
Rangel reconoció que todos los congresistas tienen actividades externas que demandan tiempo, pero como no hay un control efectivo se registran al inicio y abandonan el recinto.
“No es variable medible”
Los observatorios Antioquia Visible (U. Eafit), que hacen seguimiento a la bancada antioqueña, y Congreso Visible (U. de los Andes), coinciden en que el ausentismo es un problema, pero no es una variable técnica para calificar la actividad de los legisladores.
Según Alejandra Ríos, directora de Antioquia Visible, el ausentismo es un término crítico que evidencia la inasistencia, pero existen otras variables para hacer monitoreo como el tipo de proyectos de ley que presentan, su voto ante diversas iniciativas y las citaciones de control político
“El ausentismo no necesariamente es negativo, porque los congresistas pueden pedir permiso. No justifico la ausencia, pero tienen actividades más allá de las legislativas, como las protocolarias y la visita a las regiones. Ahí habría inasistencia, no ausencia”, explicó Ríos.
En el estudio “Las inasistencias en el Congreso: Más allá de lo que dicen los medios que cubrió el periodo 2006-2013”, realizado por Congreso Visible, se encontró que los niveles de inasistencia no superaron el 10%, en promedio. No obstante, el promedio de abstenciones fue cercano al 30%, lo que significa que los congresistas respondían al llamado de lista en algún momento de la sesión, pero no emitían su voto en el momento de la votación.
Según los investigadores María Paula Aroca y Andrés Felipe Guevara, el ausentismo de quienes han sido elegidos para legislar sobre asuntos trascendentales como el estado crítico de la salud explica, en buena parte, la poca credibilidad de los ciudadanos en el Congreso.
En ese mismo sentido Angie Katherine González, coordinadora de la especialización en marketing político de la Universidad Externado, precisa que lo que está en juego es la reputación del Legislativo, que es difícil de construir, pero fácil de derribar.
“El ausentismo alimenta la percepción negativa de la ciudadanía sobre el Congreso, porque la persona del común se alimenta de los medios de comunicación y no le hace seguimiento a sus miembros, por eso la marca de cada congresista también se deteriora”, conceptuó González.
Congresistas se dividen
El representante Nicolás Albeiro Echeverry (PC) dice que este fenómeno es nefasto, pues los congresistas fueron elegidos para debatir, aprobar y controlar, pero “si no visita los ministerios con alcaldes, gremios o concejales la gestión integral regional será mínima y no es la asistencia a la plenaria la que da el voto ciudadano”.
Por su parte el congresista Juan Felipe Lemos (La U) afirma que la labor del congresista en Bogotá demanda otras actividades, como acompañar a los alcaldes y comunidades: “Las citas para tales fines las dan los días de sesiones. Hemos pedido al presidente de Cámara que le solicite al Gobierno fijar días de atención diferentes”.
Al respecto el representante Horacio Gallón (PC), dice que el ausentismo es un problema que está aumentando, pero “en parte se debe a que desde el Gobierno dan citas los martes y miércoles, días de plenarias. Es importante la asistencia y debe haber mayor control en las salidas”.