En una controversia jurídica terminó la discusión sobre la reforma constitucional que permitía crear 16 curules en la Cámara de Representantes, para ser ocupadas por víctimas del conflicto de las zonas más afectadas por la guerra.
El Gobierno y el Senado no se han podido poner de acuerdo acerca en si la iniciativa fue aprobada en la segunda votación de la conciliación, ocurrida ayer, cuando terminó el mecanismo fast track.
El asunto parece simple: el Senado está conformado por 102 parlamentearios, actualmente tres de los senadores están presos por corrupción: Bernardo “Ñoño” Elías, Martín Morales y Musa Besaile, eso hace que el Gobierno considere que los integrantes de la Cámara alta son 99.
Por eso, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, propone que la mayoría absoluta (mitad más uno) sobre esos 99 sea 50 y no 51. A juicio de Rivera con los 50 votos es suficiente pues, basado en una sentencia, asegura que 50 es la mayoría y con eso se salvarían las curules.
Teoría con la que no está de acuerdo José Gregorio Hernández, expresidente de la Corte Constitucional, quien dice que las mayorías se calculan por la cantidad de integrantes de la Corporación.
Para el expresidente del Consejo de Estado, Luis Fernando Álvarez, el proyecto no fue aprobado, pues no se logró la mayoría absoluta.
Más allá de esa discusión que tendrá que zanjar el Consejo de Estado, a solicitud del Gobierno si el Senado la niega, o la Corte Constitucional si finalmente el Congreso la aprueba, el proyecto contó con opositores, ¿por qué?
La negativa la resumió el expresidente y senador Álvaro Uribe. Explicó que en las zonas para esas curules hay presencia de grupos armados: “Dicen que son para víctimas y lo que hay allí es un dominio de grupos armados que superan la voluntad que tenga el estado para defender a la comunidad”.