Desde una de las orillas del río Baudó, un joven vestido con camuflado hizo la señal a la canoa para que arribara hasta donde él se encontraba. Tenía puestas unas botas pantaneras y medias rojas, como de equipo de fútbol, que sobresalían por entre el uniforme de cuadros verdes y negros. Además de sus rasgos indígenas sobresalía un mechón de pelo mono que le atravesaba toda la cabeza. Estaba rapado a los lados.
—¿Está tomando fotos? Fue la pregunta hecha a Manuel Saldarriaga, fotógrafo de EL COLOMBIANO.
—Fotos de los paisajes, respondió el reportero gráfico.
—¿Les puedo hacer a ustedes una foto?, insistió Manuel.
—Negativo, no se puede, contestaron en coro y en medio de risas, un grupo de hombres que habían comenzado a reunirse alrededor de la canoa detenida en el caserío San José de la Calle, en el Medio Baudó.
Después de esta conversación, el joven armado con un fusil AK-47 le exigió al motorista de la canoa llevar tres mujeres hasta Puerto Meluk, Chocó, ubicado a 10 minutos de este poblado. Al dar la vuelta, cerca de 40 hombres identificados por brazaletes rojos y azules como integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Agc, que llevan en el uniforme, despidieron a las tres chicas mientras la lancha se perdía en las curvas del Baudó. La mayoría de estos hombres armados tenían cara de adolescentes.
Este episodio sucedió el pasado miércoles cuando un equipo periodístico de EL COLOMBIANO regresaba de Pie de Pató, cabecera municipal del Alto Baudó, después de registrar la emergencia humanitaria generada por el desplazamiento de 400 personas afectadas por los combates entre las bandas criminales, y el Eln. Al momento de ser inspeccionada la embarcación, en ella viajaban cinco adultos y un niño de dos meses de edad, además de los dos reporteros de este diario.
El defensor del Pueblo, regional Chocó, Luis Enrique Murillo, explicó que la información registrada por la entidad es que estos grupos armados no han salido de la zona y aseveró que aunque no tienen una confirmación directa, creen que siguen apostados a lo largo del río.
“Es una presencia que lleva años y por más que hagan operativos militares, eso no los ha alejado, los ha quitado de algunos espacios pero no los ha sacado de la región. No hemos podido llegar a las zonas de confinamiento hasta que no existan condiciones y solo hasta ayer (jueves) las autoridades nos informaron que ya no había riesgo”, aseveró Murillo.
El defensor regional detalló que tuvieron una reunión con las autoridades para conocer cuál es la situación de los caseríos abandonados por temor, y declaró que según los militares, no hay heridos en los territorios ni saqueos de las pertenencias de las comunidades desplazadas.
Con miedo
El temor de las comunidades del Alto y Medio Baudó de encontrarse con estas bandas criminales mientras navegan por el río y ser estigmatizados por los grupos armados, volvió a revivirse ante la denuncia hecha por algunos habitantes del Medio y Alto Baudó.
“Los hemos visto en otros puntos a lo largo del río. Los vimos en la Isla de los García y luego en Puerto Córdoba. Aunque no se han metido con nosotros, sí nos da mucho miedo que se presente algún enfrentamiento y quedemos en el medio, como ha ocurrido en varias ocasiones”, dijo un labriego a quien reservamos el nombre por seguridad.
Su preocupación no es la única. Al conocer la situación que se vive en la región del Chocó, el Consejo Comunitario General del Río Baudó y sus afluentes “Acaba”, la Diócesis de Istmina-Tadó y otras organizaciones étnico territoriales y sociales, hicieron llegar a los periodistas de EL COLOMBIANO un comunicado en el que registran el desplazamiento de 500 personas de las comunidades afro de Peña Azul, Apartadó, Boca de León, Cocalito y Amparadó, así como el confinamiento de las comunidades indígenas de Geandó, Vacal y Puerto Peña.
En la misiva resaltan que el desplazamiento masivo puede aumentar con la salida de las comunidades de Puerto Martínez, Puerto Palacios y Santa Rita, por las amenazas de retaliaciones de esos grupos armados. “La presencia de actores armados en la zona, que se disputan el control territorial de la siembra, procesamiento y transporte de cultivos de uso ilícito se ha venido denunciando de manera constante”, señaló el Consejo Comunitario.
Conocidas las denuncias de presencia de grupos ilegales, el alcalde de Puerto Meluk, Gilder Palacios, aseveró que no han tenido denuncias, hasta ahora, de la presencia de estos grupos ilegales, y agregó que se reunirá con los Consejos Comunitarios para conocer de primera mano la real situación de las comunidades confinadas y desplazadas por el conflicto armado en los últimos días.
El general Mauricio Moreno, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, le dijo a este diario que están operando en el terreno para estabilizar la zona.
“La prioridad que tenemos es la población civil que se encuentra en las orillas entre Alto Baudó y Pie de Pató y venimos haciendo unos registros sobre la cuenca del río. Muy seguramente la aparición de estos terroristas está orientada para llamar la atención, para distraer o cambiar lo que estamos haciendo en el Alto Baudó, la operación militar continúa, vamos a seguir, hemos tenido combates en diferentes puntos y vamos a buscar estabilizar cuanto antes la zona. Terminado el día de hoy (ayer) vamos a llevar a la Fiscalía, que va a iniciar las investigaciones en Pie de Pató para verificar todo lo que está ocurriendo, y lo más importante es generar la confianza en las instituciones. Vamos a reforzar con más policía en Pie de Pató y a seguir desplegando tropas en varios sectores de Alto Baudó y la Infantería de Marina nos va a seguir apoyando con una capacidad diferente a la que teníamos, ya es una orden del señor presidente, del comandante general y del comandante del Ejército seguir trabajando en esta área” .