Las intrigas, irregularidades, acusaciones y muertes que se han dado en torno a las investigaciones de corrupción en la Ruta del Sol II suman un nuevo capítulo. Se trata de la muerte del exsecretario de Transparencia Rafael Merchán, quien había sido aceptado, el pasado 11 de noviembre, como uno de los testigos planteados por el expresidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, hoy en Estados Unidos argumentando temor por su vida.
En la mañana de ayer, miembros del CTI encontraron el cuerpo sin vida en su apartamento al norte de Bogotá, a donde llegaron las autoridades por un llamado a la Policía. Merchán había desaparecido, según sus familiares, desde antes de Navidad y no respondía el teléfono.
EL COLOMBIANO indagó en su círculo cercano y se conocía que padecía episodios de depresión, lo que deja dudas sobre el motivo de su muerte. Pero, por lo ocurrido con el caso Odebrecht, no se descarta que haya relación con el escándalo.
Hasta ahora han circulado versiones de testimonios de su familia que indican que su fallecimiento sería por decisión propia.
Frente a su papel como testigo, se pudo confirmar que sí iba a ser requerido por la justicia, pero no se trataba, por ahora, de una diligencia trascendental en el caso. Forma parte de los más de 80 testigos, en este caso solicitado por Andrade, quien pidió que las autoridades citaran a quienes participaron en la firma del otrosí con el que se adjudicó el tramo Ocaña – Gamara, en el que se presentaron las irregularidades.
Precisamente, es en torno al caso Odebrecht en el que se han dado más hechos que enrarecen el ambiente. Por ejemplo, la muerte de Jorge Enrique Pizano, excontroller (auditor) de la Ruta del Sol II, quien había identificado los sobornos, se los contó al entonces abogado y hoy fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez y, según grabaciones entregadas a Noticias Uno y a la Revista Semana por el mismo Pizano, nunca se realizaron las investigaciones.
Sobre la muerte de Pizano hay más dudas que certezas. En un principio Medicina Legal descartó la posibilidad de un envenenamiento, pero múltiples irregularidades en el análisis de las pruebas, entre ellas, que la toalla manchada de sangre con la que se dio el primer dictamen no resultó de Pizano. Este hecho ocasionó la renuncia del director, Carlos Valdés, quien tuvo que reconocer que “no se podía asegurar que no se trataba de un asesinato”. En medio de la incertidumbre, es precisamente Medicina Legal la que tendrá que dar el dictamen sobre la muerte de Merchán
