Como casi todos los días en la mañana, y después de recoger y poner al sol el café, don José Durango y su esposa se sientan a escoger los granos que finalmente van a vender. Ese último paso normalmente lo hacen a las afueras de su casa, donde tienen una extensa manga. Sin embargo, después de la jornada electoral y tras conocer el resultado del plebiscito, esa actividad la hacen al lado de la puerta de la habitación, donde está el televisor y el radio.
“Queremos ver las noticias, a ver qué dicen sobre lo que va a pasar, sobre todo después de que ganó el No. Tenemos mucha incertidumbre”, dice don José mientras en sus manos empuña varios granos que deben ser desechados. “Acá queremos una oportunidad para la paz, pero tocará esperar a ver qué nos dicen”, recalca.
Como esta pareja están la mayoría de sus vecinos, todos habitantes de la vereda Llanogrande Chimiadó, en Dabeiba, una de las cinco zonas veredales donde se ubicarían los guerrilleros de las Farc en Antioquia (Ituango, Vigía del Fuerte, Anorí y Remedios).
“Acá supuestamente todo estaba listo. Desde esta semana iniciaban a raspar la vía de acceso para mejorarla, también deberían de estar acá los primeros guerrilleros, pero nada, hasta el momento no sabemos nada, no tenemos idea de lo que pasará ahora”, comenta un campesino de la vereda mientras ve pasar varios soldados de la Brigada Móvil 16, adscrita a la Séptima División del Ejército, quienes prestan seguridad en esa zona a la espera de nuevas órdenes.
Mientras sirve algunas bebidas al equipo periodístico de EL COLOMBIANO, Rosalba Manco, propietaria de una de las tiendas de la vereda, confiesa que siente un poco de temor por lo sucedido con el plebiscito, pero también dice que “aún tenemos la esperanza de que el proceso de paz continúe y por fin en este pueblo tengamos algo de paz, por lo menos me da tranquilidad que el presidente y las Farc dijeron que todo iba a continuar, ya lo que toca es esperar”.
Mientras llegan noticias sobre lo que sigue sobre el proceso de paz, en Llanogrande Chimiadó aún se encuentran izadas las banderas blancas alusivas a la paz que allí tanto se anhela, y que junto a varias de Colombia, fueron instaladas desde el pasado 10 de agosto, cuando el mecanismo de monitoreo y verificación visitó y aprobó la zona como una vereda transitoria de normalización.