Un río humano colmó desde tempranas horas de la mañana de ayer la avenida Venezuela de la población fronteriza de San Antonio del Táchira. Hombres, mujeres y niños se agruparon en una enorme fila que alcanzó las 10 cuadras, un kilómetro aproximadamente.
La concentración —que fue convocada hace unos días atrás por la organización “Mujeres de Blanco de la Frontera”—, llegó al punto más álgido cuando la población, cansada de esperar en la fila, abrió camino en la barrera impuesta por los militares de la Guardia Nacional Bolivariana —GNB— que pedían paciencia a los presentes para ir pasando en grupos de 20 personas hacia el puente internacional.
Entonando el Himno de Venezuela, “Gloria al Bravo Pueblo” y gritando consignas en contra del gobierno de Nicolás Maduro, los venezolanos corrieron veloces, rompieron cadenas y llegaron hasta el puente internacional Simón Bolívar, donde la Policía de Colombia, sin revisar documentación alguna, les dio la bienvenida, echando a la borda la teoría de los militares venezolanos, que señalaban como responsables del retraso a las autoridades colombianas.
“...y va a caer”
Entre llantos de felicidad, risas y aplausos quienes se desplazaron desde los diferentes municipios del Táchira y de otras regiones de la geografía nacional, coreaban al pasar el puente binacional: “... y va a caer, y va caer... este gobierno va a caer”, haciendo referencia al presidente Maduro.
El denominador común que movió al grupo a cruzar la frontera —que fue abierta por orden presidencial— por un lapso de 12 horas, entre las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, fue el mismo que el pasado martes 5 de julio, llevó a un grupo de más de 500 mujeres vestidas de blanco a atravesar el puente Francisco de Paula Santander, en el municipio Pedro María Ureña, en busca de comida y medicamentos.
A pesar de que las autoridades venezolanas anunciaban a media mañana de este domingo a las personas en la fila que deberían retornar a territorio nacional antes de las dos de la tarde, (hora local de Venezuela) porque a partir de allí sería nuevamente restringido el tránsito, la población hizo caso omiso y cada vez más personas se sumaron a las largas colas cerca de la aduana de San Antonio.
kilómetros por una medicina
Treinta y cinco horas viajó desde Ciudad Bolívar, al oriente de Venezuela hasta la frontera del Táchira, un obrero que prefirió omitir su nombre. Sentado en una esquina a 100 metros de la aduana principal de San Antonio, donde amaneció para poder acceder al puente internacional Simón Bolívar, el hombre pidió a los gobiernos de Venezuela y Colombia ponerse la mano en el corazón ante la crisis de alimentos y medicinas que vive Venezuela. “Viajé hasta aquí para comprar un medicamento para mi madre. En Venezuela no hay nada, ella sufre de diabetes y este tipo de tratamiento escasea”, explicó.
“Tenemos hambre... queremos comida” repetían las personas ante las cámaras de los reporteros que se desplazaron desde diferentes lugares de Venezuela y de Colombia para reseñar la apertura —por 12 horas— de la frontera que se encuentra cerrada desde el 19 agosto de 2015, por decreto presidencial.
Se vivió una Navidad
Comerciantes y transportadores de Norte Santander coinciden en que desde que se cerró la frontera, no se vivía una “fiesta” similar a la de este 10 de julio.
“Parece una Navidad. Hay ambiente de alegría. Lamentablemente el cierre fronterizo ha hecho mal a la vida de todos. Lo que estamos viendo hoy (ayer) era un día normal antes del cierre de los puentes, situación que nos mantiene con ganancias en cero”, dijo Erasmo López de la línea Trasan que transporta pasajeros desde La Parada hasta Cúcuta a un precio de 1.300 pesos el pasaje, unos 700 bolívares.
Las casas de cambio colombianas mostraron largas colas de venezolanos que demandaban el cambio de bolívares a pesos, moneda que se cotizó en la zona este domingo en 0.025 pesos por bolívar.
Los supermercados en la zona de La Parada, Villa del Rosario y centros comerciales de Cúcuta, redoblaron el servicio de trabajadores para ofrecer un mejor servicio a los venezolanos que abarrotaron los establecimientos, donde después de mucho tiempo volvieron a tener la oportunidad de escoger las marcas de papel higiénico, toallas sanitarias, jabón de tocador, arroz, harina de maíz, aceite, café entre otros productos que escasean en Venezuela.
Será hasta el venidero mes de agosto, luego de la reunión anunciada entre los mandatarios de Venezuela y Colombia, cuando se definirá el cese en las restricciones al libre tránsito entre los países hermanos.
*Colaboración especial
desde Táchira.
25.000
venezolanos cruzaron la frontera ayer en busca de alimentos. En agosto se cumple un año del cierre.