Los colombianos deberán preparar el bolsillo para pagar un poco más de 500 mil millones de pesos en los próximos meses en sus recibos de la energía, por cuenta del alza de 7 pesos en el kilovatio-hora (kWh) que anunció ayer el ministro de Minas y Energía, Tomás González, como una de las cinco medidas para evitar racionamientos durante el fenómeno de El Niño.
Según el funcionario, el incremento es solo de 1,75 por ciento en la tarifa de los usuarios del mercado regulado y se comenzará a ver en la factura de diciembre.
El costo de la medida en el “recibo de la luz” para el consumo promedio mensual de un estrato 1 es de 439 pesos; sube a 929, si es de estrato 3; escala a 1.298 pesos en estrato 4 (tarifa plena); y alcanza los 1.873 pesos en estrato 5 y los 2.943 en estrato 6. Ese último incremento también se transmite a comerciantes e industrias del país que están en el mercado regulado (ver gráficos).
El alza además se presenta justo cuando el costo de vida de los hogares colombianos está aumentando a ritmos no deseados y que afectan el poder adquisitivo, como lo muestra la tasa de inflación, al tiempo que la economía se está desacelerando y este año caería del 4,6 a 3 por ciento, con un sector productivo en aprietos.
Ayer EPM aseguró que analiza las medidas anunciadas por el Ministerio de Minas para enfrentar el fenómeno, y espera la regulación para conocer sus implicaciones.
“La empresa trabaja de la mano con el sector eléctrico para afrontar la coyuntura actual, y es consciente de la importancia de mantener un nivel de generación térmica suficiente que permita la atención adecuada de la demanda”.
A finales de septiembre pasado, el gerente de EPM, Juan Esteban Calle dijo a este diario que al menos en 2015, los usuarios no verán incrementos.
Todos pagan
Entre tanto, el Gobierno también deberá cubrir poco menos de medio billón de pesos, vía subsidios a los estratos 1 (60 por ciento del consumo), 2 (50 por ciento) y 3 (de 15 por ciento.
Por su parte, los generadores térmicos que, a falta de gas, deben generar con combustibles líquidos (diésel y otros), asumirán pérdidas por 2,2 billones de pesos, según las cuentas oficiales.
En total son 3,3 billones de pesos las pérdidas proyectadas en los próximos seis meses para estos generadores. Esto se explica porque el llamado precio de escasez, el techo máximo que pueden cobrar en este tiempo de sequía, cayó debido a los precios del petróleo y no alcanza a cubrir sus costos de operación.
Mientras hoy les pagan un kWh a 302 pesos, les cuesta producirlo entre 500 y 700 pesos y ya hay centrales térmicas que dejaron de generar por inviabilidad financiera.
Todo el ajuste lo justificó el ministro González como una medida necesaria para asegurar la generación termoeléctrica a partir de combustibles líquidos en el país.
Solo así se puede suplir la menor producción de las hidroeléctricas, que preservan agua en sus embalses durante el fenómeno de El Niño, lo que también eleva el precio en la Bolsa de Energía.
Por ahora habrá qué esperar los términos en que sale la resolución de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), para saber cómo se restablecerán los niveles de pérdida que las termoeléctricas esperaban en una situación crítica como la de ahora.
Mientras tanto, los distribuidores de energía, agremiados en Asocodis, apoyaron la medida para evitar cualquier riesgo de apagón, siempre y cuando se respete la normatividad vigente y “evitando la transferencia de rentas no razonables a cualquier eslabón de la cadena eléctrica”, explicó a este diario su director, José Camilo Manzur, quien espera que los colombianos ahorren energía.
Pero otra cosa piensan los representantes de los usuarios residenciales (ver Análisis), de los consumidores industriales y los comercializadores de energía, que consideran inadecuada un alza.