A los disturbios que se vivieron en los alrededores de la plaza de toros La Santamaría de Bogotá, y que dejaron más de 30 personas lesionadas por la reanudación de la fiesta brava en la capital del país, se suman otros dos elementos que atizan aún más la polémica.
De una parte, ha sido fuertemente criticada la presencia del exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y algunos de sus seguidores como el concejal Holman Morris en las protestas antitaurinas. A ello se suman las denuncias del presidente de la Corporación Taurina La Santamaría, Felipe Negret, quien advirtió que a muchos de los asistentes a las protestas les pagaron entre 30 mil y 40 mil pesos de parte de Petro.
El alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, responsabilizó de los desmanes a su antecesor, Gustavo Petro, y dijo que los disturbios en la plaza de toros fueron “incitados por algunos líderes interesados en sus fines políticos”.
El exalcalde Petro negó que incitara a la violencia. De hecho, publicó una foto con su hija en Twitter, señalando que no incitó a la violencia, sino que asistió para “enseñarle a mis hijos el valor de la vida”.