No alcanzaron a pasar 24 horas desde que el Consejo Nacional Electoral, CNE, dio la personería jurídica a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, Farc, para que esta colectividad hiciera públicos sus candidatos a las elecciones de 2018.
Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko”, será la carta presidencial, e Imelda Daza, de la UP, quien ha fungido como vocera del Acuerdo por el movimiento Voces de Paz en la Cámara de Representantes, será su fórmula a la vicepresidencia.
Con esa papeleta lista nombraron los candidatos al Congreso, teniendo en cuenta que tienen cinco curules garantizadas para el Senado y otras cinco para la Cámara de Representantes (ver uno por uno), como quedó consignado en el Acuerdo Final.
En la elección hubo sorpresas como la inclusión de “Sandra Ramírez” y de “Benkos Biohó”, en la lista al Senado, y la salida de “Pastor Alape”, quien era considerado un candidato fijo.
En la lista a la Cámara no hubo representación de otros sectores de izquierda como se presumía. Ingresaron al listado “Byron Yepes”, por Bogotá; “Olmedo Ruiz”, por Antioquia; y “Jairo Quintero”, por Santander.
Así las cosas, hay representación de cada uno de las fuerzas al interior de las Farc representadas por “Timochenko”, “Iván Márquez”, “Jesús Santrich”, “Pastor Alape” los herederos de “Mono Jojoy” y de “Manuel Marulanda” (ver ayuda), una fórmula salomónica para solucionar la división que se cocina en el nuevo partido.
A lo que se enfrentan
Henry Acosta, el facilitador de los diálogos previos a la negociación de paz entre el Gobierno y las Farc, dijo que ese movimiento quiere hacerse contar, pues las votaciones para la Presidencia serán dos meses después de las legislativas y ellos “se tienen confianza. Pablo Catatumbo cree que sacarán más de un millón de votos”, lo que no alcanzaría para ganar, pero dejaría a las Farc en buena posición política.
Imelda Daza también es optimista: cree esa colectividad se convertirá en una alternativa a los demás partidos políticos, tan desprestigiados por hechos de corrupción.
Para Álvaro Villarraga, director de Acuerdos de Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, estos candidatos tendrán “en algunos sectores bases campesinas y sociales, pero en áreas urbanas habrá más resistencia. No será un fenómeno político mayor”, aunque tiene una participación asegurada en el Congreso y puede hacer coaliciones para entidades territoriales.
Cuentan, además, con una férrea oposición. “En centro derecha hay una fuerte resistencia a las Farc que resulta injusta, ya no son guerrilleros, están en vida política legal”, anota Villarraga.
Del otro lado, está Adolfo León Maya, profesor del Departamento de Gobierno de Eafit, quien asegura que la memoria de los colombianos le pasará factura a las Farc y como un muro impedirá su avance.
“Para ellos va a ser muy costoso construir credibilidad. Las Farc no tienen la fortaleza para poner a dudar al sistema político en el mediano plazo”, agrega Maya.
La decisión de las Farc es tomarle el pulso al país y a la reconciliación en las elecciones parlamentarias y presidenciales del próximo años. Así las cosas, la última palabra la dictarán las urnas..