Las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc en La Habana llegaron a su fin tras casi cuatro años en los que Cuba desempeñó con éxito su papel como anfitrión, garante y vigilante neutral de una paz que ha demorado más de medio siglo.
El prestigio de su diplomacia, la discreción casi hermética ante la prensa y la cercanía de Colombia fueron algunos de los requisitos que hicieron de la isla caribeña el lugar idóneo para las negociaciones, el cuarto intento de sellar la paz con las Farc.
Fue en Cuba donde se llevaron a cabo las conversaciones secretas y exploratorias, previas a la apertura del proceso en noviembre de 2012: un lugar tranquilo y alejado de las tensiones del conflicto que gustó a las delegaciones para iniciar...
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