Antioquia tiene un rincón, en el Oriente, donde el tiempo parece haberse detenido. Con calles empedradas, casas coloniales, montañas y mucho silencio, Concepción se perfila como uno de los destinos turísticos emergentes, pese a que aún no tiene una vía de acceso asfaltada.
Pero no es el único. La Gobernación de Antioquia en asocio con Cotelco, Anato y el Viceministerio de Turismo se fijaron la meta de hacer que los más de 2,5 millones de turistas que espera recibir Medellín en 2019, también visiten otras regiones de Antioquia y se enamoren de los paisajes, la cultura y la historia.
Para lograrlo, trabajan en la creación de un gran parque ecológico, similar a Arví, en los farallones de La Pintada; además de la adquisición de los predios del volcán de lodo de Arboletes, para hacer un gran espacio público de servicios turísticos. Todo ello se complementa con la explotación de los 40 productos turísticos que se diseñaron en 2018, en llave con la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo, Anato.
“El gran reto que tenemos es recuperar la costumbre de puebliar, pero que ya no sea una actividad exclusiva de los paisas, sino que también los nacionales y extranjeros se vinculen a esa tradición”, aseguró Juan Manuel Valdés, secretario de Productividad y Competitividad de Antioquia.
Según el Sistema de Indicadores Turísticos de Medellín y Antioquia, Situr, en 2018 los municipios más visitados en el departamento, después de la capital, fueron Santa Fe de Antioquia, Bello, San Jerónimo, Rionegro, Girardota, Barbosa, Jardín, Guatapé y Caldas.
Gonzalo Castaño Gil, director para Antioquia de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia, Cotelco, explicó que esas poblaciones son las de más movimiento por tradición, “porque tienen un desarrollo histórico y cultural que llama la atención, sobre todo de viajeros nacionales”.
Rincón colonial
Concepción, el pueblo que vio nacer al prócer José María Córdova una noche de septiembre de 1799, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación 200 años después, y desde entonces su conservación como paraíso histórico se volvió una cruzada de sus casi 4.000 habitantes.
Para llegar hasta allí hace falta recorrer un camino de poco más de 65 kilómetros, varios de ellos en carretera destapada. Pero el esfuerzo vale la pena: el verde de las montañas, las fuentes de agua que se ven en casi todos los rincones, y ese ambiente de historia reciente hacen del pueblo un lugar único para el descanso.
“Es como ir a Santa Fe de Antioquia, pero con menos calor, menos gente y menos bulla. El pueblo está como congelado en el tiempo, la gente es amable, en todos lados se respira tranquilidad”, asegura Natalia Jiménez, quien pasó sus últimas vacaciones en “la Concha”, como la llaman los concepcioninos.
El clima es fresco —en promedio 23°C— y la oferta de hoteles y restaurantes, aunque corta, también le hace honor a la tradición.
Uno de los planes más atractivos, para aquellos con espíritu aventurero es la ruta de los charcos: 5,6 kilómetros y cuatro balnearios ideales para descansar.
El recorrido empieza en el sector de Palmichal, apenas a un kilómetro del casco urbano y a donde se puede llegar en carro, bicicleta o caminando; allí está el Charco del Aguacate. Muy cerca está el Charco del Ahogado, y en la misma vereda está la Cascada Palmichal. La travesía termina en Charco Negro, una caída de agua con una profundidad de 3 metros.
Un nuevo Arví
A unas dos horas de Medellín, en los Farallones de La Pintada, un área de 700 hectáreas conocida como Hacienda Montenegro acaba de ser declarada de interés ambiental y turístico por la Asamblea de Antioquia.
En 300 de las 700 hectáreas se desarrollará un proyecto turístico inspirado y asesorado por el Parque Arví de Medellín. “Será un gran ecoparque turístico, donde tendremos senderos ecológicos, avistamiento de aves, infraestructura ecoamigable (...) Así ampliaremos el turismo de la zona que hoy es solo de piscina y camping, e incentivaremos la llegada de extranjeros, porque con los proyectos viales que se adelantan en el sector, habrá conexión con el Eje Cafetero”, dijo el secretario de Competitividad, Juan Manuel Valdés.
Este plan estará disponible para los antioqueños en las vacaciones de mitad de año. Durante los primeros seis meses del año, las autoridades ambientales y el gobierno departamental adelantan un inventario ambiental y las primeras obras de lo que servirá como sendero.
“Les estaremos contando cuando esté listo, porque hoy el sitio es usado para el pastoreo”, aclaró el secretario Valdés.
Turismo de experiencias
En el Suroeste de Antioquia también se trabaja en la creación de finca hoteles con vocación cafetera que, además del alojamiento y la oferta de paisajes, puedan entregarle al viajero una experiencia única en torno al café.
Isabel Cristina Echeverry, administradora de la Finca Hotel Los Arrayanes en Andes —una de las 30 que recibió formación para crear estas experiencias por parte de las autoridades turísticas— explicó que la apuesta por mostrarles a los extranjeros qué hay detrás de una taza de café ha sido exitosa.
“Muy pocos saben cómo se ve un grano de café en la mata, cómo se cosecha, como se procesa. Nosotros le ofrecemos al viajero la posibilidad de participar de esa cadena, y además creamos un museo del café para que conozcan la historia, y a ellos les encanta”, dijo.
Según Echeverry, en los últimos dos años la llegada de viajeros extranjeros creció. Algunos de ellos vienen buscando descanso, pero cada vez más hay turistas que buscan aprender más sobre el café.
Volver al mar de Antioquia
La explotación turística responsable de las playas de Arboletes, Necoclí y Turbo también es una meta del gobierno antioqueño.
La zona priorizada fue el volcán de lodo de Arboletes, que está en riesgo por la erosión. Allí, según reportes de la Secretaría de Competitividad de Antioquia, ya se hizo una oferta para la compra del predio que le pertenece a un privado.
“Allí queremos tener una zona de interés público, aún no se ha hecho la negociación, pero si la oferta no es aceptada, se hará una expropiación”, dijo el secretario Valdés.
Según la Gobernación, Antioquia tiene casi 500 kilómetros de playas sobre el Caribe Colombiano que podrán ser más accesibles cuando esté listo el Túnel del Toyo, que conectará a Medellín con el mar en sólo 4 horas.