Cada año entre marzo y abril, y nuevamente entre octubre y noviembre, Medellín sufre por su calidad del aire. Las alarmas se disparan, las montañas se pierden tras el humo, las restricciones comienzan y la gente, en redes sociales, vuelve a preguntarse ¿por qué nadie hace nada?
Este año, cuando se superó la contingencia ambiental de marzo, la Alcaldía encausó el debate hacia la calidad de los combustibles. El mismo alcalde Federico Gutiérrez le escribió una carta al entonces presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, para pedirle que se disminuya la cantidad de azufre en la gasolina y diésel que se comercializa.
La empresa, a través de EL COLOMBIANO, propuso aumentar hasta 10 por ciento el bioetanol que se le mezcla a los combustibles vendidos en Antioquia para hacerla más limpia, pero dijo que dependía de los productores de caña que se encargan de fabricar ese producto. Eso fue en abril y desde entonces el debate pareció morir.
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Hasta este martes cuando la Procuraduría General hizo pública una nueva carta en la que le pide al nuevo presidente de la estatal petrolera, Felipe Bayón, que busque la forma de reducir la cantidad de azufre en el diesel a 10 partículas por millón (ppm) y en la gasolina a 100 ppm. Actualmente esos valores están en 50 y 300m, respectivamente.
La misiva fue celebrada por el alcalde local, Federico Gutiérrez, quien dijo que ese es un paso más para garantizar la buena calidad de vida -y de aire- a los habitantes del Valle de Aburrá.
¿Qué tan malo es el combustible que consumimos?
Actualmente Ecopetrol vende combustibles con la misma cantidad de azufre en todo el país. Según datos del International Fuel Quality Center, Colombia está en la parte media - baja de la tabla de países con más azufre en su combustible.
En Sudamérica solo nos superan Ecuador, Venezuela y Perú, que tienen entre 501 y 2.500 partes de azufre por millón en su gasolina. En niveles similares al de Colombia (entre 151 y 500 ppm; el nuestro es 300 ppm) están Bolivia y Paraguay, mientras que la gasolina más limpia está en Brasil, donde la cantidad de azufre está por debajo de 50 ppm.
Esta tabla ilustra mejor el panorama del país respecto al resto del mundo.