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Murió la madre Ligia, rectora del colegio Jesús María

  • La madre Ligia iba a cumplir 68 años. Sus alumnas y compañeras agradecen sus enseñanzas. Foto: Cortesía Colegio Jesús María.
    La madre Ligia iba a cumplir 68 años. Sus alumnas y compañeras agradecen sus enseñanzas. Foto: Cortesía Colegio Jesús María.
15 de junio de 2016
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La madre María Ligia Rivera les dejó a las alumnas del colegio Jesús María tantos recuerdos, que solo se necesita pronunciar su nombre para que ellas sonrían.

“Una persona que desde que la conocí dejó una huella en mí por su humildad, su generosidad, su alegría y entrega. Fue una persona que más allá de todo nos enseñó a ser felices”, dice Valentina Carvajal, estudiante del colegio.

La madre Ligia fue la rectora de la institución por 19 años. La última decisión, cuenta la madre María Eugenia Palacio, vicerrectora, la tomó la semana pasada. Porque aunque le diagnosticaron cáncer en 2015, “lo llevó con elegancia y serenidad. Nunca la escuché quejarse”.

La madre Ligia nació en El Cairo, Valle, y vivió parte de su vida en Pereira. La madre María Eugenia comenta que entró muy joven a la vida religiosa. Estudió Educación, Teología y se especializó en espiritualidad y en Educación especializada.

Además de rectora del Jesús María ocupó otros cargos, como Superiora provincial.

“Tenía un alma grande. En las cartas que hemos recibido de alumnas, exalumnas y papás hablan de esa alma grande, esa misericordia. Hizo mucho bien a través del don de la bendición, con un bajo perfil y una humildad muy grande”.

Quienes la conocieron reconocen el poder que tenía para unir a los niños, a los jóvenes y a los mayores. No le interesaba la competencia, sino servir a los demás y ayudar a todos. Por eso tanto amor hacia ella.

“La madre Ligia –señala la alumna Juliana Marín– era nuestra mamá en el tiempo que pasábamos en el colegio, con su manera divertida de enseñar, los aplausos, encaminándonos siempre hacia la línea del más. Estamos felices porque ahora se encuentra en los brazos de Jesús y de María diciendo ‘cuan bueno es Dios’”

Solo agradecimientos por las enseñanzas. Isabella Ceballos, otra estudiante, dice que en ella sembró el valor de la generosidad y la paciencia. “Siempre estuvo entregada al colegio. Era bastante tolerante, muy humilde, el bienestar de las alumnas era primordial y sus enseñanzas siempre giraban alrededor de los valores, queriendo formar personas llenas de cualidades”

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