En Medellín, siete de cada 10 llamadas realizadas a la línea de atención única de emergencias, en el primer trimestre del año, fueron por quejas sobre ruido y perturbación a la tranquilidad, según la Secretaría de Gobierno.
Gran parte de los reclamos se registran entre las 9:00 p.m. y 7:00 a.m. y, de estos, la mayoría, se hacen de viernes a lunes en la madrugada.
Entre enero y marzo se registró un aumento de 108% en denuncias en la ciudad por ruido comparado con el mismo periodo de tiempo de 2016. La mayoría fueron reportadas desde Belén y Manrique, directamente a la línea de atención de emergencias, con 2.297 y 1.812 llamadas, respectivamente; mientras que El Poblado, el lugar con menos registros, tuvo 1.079.
En Manrique, los barrios Las Granjas y Versalles No. 1 tuvieron 810 reportes por ruido. En Belén, los sectores de Altavista y El Rincón llegaron a 520 denuncias.
En total, las 16 comunas de Medellín reportaron 31.623 quejas por perturbación de la tranquilidad en el primer trimestre, enmarcadas en la resolución 627 de 2006, que fija los estándares para evitar “efectos nocivos que alteren la salud de la población (...) y perturben la paz pública”.
Aunque no existe una cifra oficial al día de hoy, los reportes de la Secretaría de Gobierno muestran un alto incremento en los niveles de ruido en la primera parte del año.
Según la entidad, el creciente número de quejas se debe a la comprensión por parte de los ciudadanos del nuevo Código de Policía, que entró en vigencia el pasado febrero y que hasta el 30 de julio tiene sanciones pedagógicas.
Las zonas rosa
Algunos lugares de la ciudad, frecuentados constantemente por personas para fiestas o bares, como la 33 (occidente), el Parque Lleras (sur), el sector central de Guayabal (suroccidente), la 45 en Manrique (nororiente) y la 68 en Castilla (noroccidente), tendrán un control por parte de las autoridades.
El subsecretario de Gobierno local, Andrés Tobón, confirmó el convenio entre la Secretaría de Seguridad y Convivencia y el laboratorio GIGA, adscrito a la Universidad de Antioquia, para realizar mediciones técnicas de ruido en los lugares de mayor impacto, en compañía de los comandantes de estación de cada comuna.
A la fecha se han realizado 32 brigadas técnicas contra el ruido, que consisten en acercamientos pedagógicos por parte de la Secretaría y se espera llegar a 100 brigadas para el final del año.
“Nosotros les decimos a todas las personas que la música a todo volumen no es buena, pero seguimos en las jornadas pedagógicas para educar la gente”, comentó el funcionario.
Además, recalcó que, luego de las medidas preventivas y de pedagogía, vendrán las sanciones por parte de la Policía y el nuevo código.
Medición
Según la regulación, cada cuatro años el Área Metropolitana realiza un mapa sonoro utilizado como diagnóstico por los municipios del Valle de Aburrá, para controlar los niveles de sonido que se registran durante todo el día.
Cada administración trabaja mancomunadamente con la entidad para desarrollar estrategias de impacto que disminuyan el ruido durante el día y la noche.
Las medidas que arrojan los mapas están entre 0 y 80 decibeles, y discrimina entre ruidos de vías, aeropuerto, industria y ruido total. Las vías de Medellín alcanzan los 80 decibeles, mientras que la ciudad en general oscila entre 60 y 75.
El mapa, que tuvo su última actualización en 2014, indica que el 54 % de la población se ve afectada en las noches por sonidos que se mueven entre los 55 y 65 decibeles y un 4 % de la población por sonidos de 75 decibeles.
El Área Metropolitana, como autoridad ambiental, puede sancionar industrias y demás entidades que cumplan funciones comerciales.
No obstante, deben ser las Administraciones Municipales las que se encarguen de la revisión a establecimientos como bares, discotecas y casos particulares de exceso en decibeles
Según el primer informe de convivencia ciudadana de este año, el ruido es la mayor causa de llamadas a la línea de atención, seguido de riñas, violencia intrafamiliar e irrespeto por el medio ambiente