En el caso de Hidroituango, que prenderá motores en 2018, investigadores de la Universidad Nacional, analizaron unos puntos estratégicos para conocer la realidad antes de la llegada de las nuevas especies de flora, fauna y, microorganismos, entre otros y tras estudios técnicos y científicos se plantearon unas propuestas a los directivos de la obra.
Sobre el impacto de la megaobra, Olga Montenegro, investigadora de la UN, comentó a EL COLOMBIANO que, por ejemplo, se recomendó mantener aquellos espacios conservados y mejorar aquellos que requieren cambios. “Si Liborina es uno de los sitios de destino de mamíferos terrestres, se sugiere realizar procesos de restauración en esas zonas, para recuperar la cobertura vegetal, de manera tal de que si se trasladan mamíferos terrestres, tengan refugio, sitio de comida y lugares para reproducirse”.
Los investigadores evaluaron el entorno de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y especies de plantas y tras los análisis recomendaron por ejemplo. “Lo que está al costado occidental del río Cauca, no debe reubicarse hacia el costado oriental”, explicó, Adriana Prieto, bióloga, e investigadora de la Nacional.
Otra de las sugerencias está relacionada con la restauración del Bosque de San Juan de Rodas, que se una con el bosque de Burundá, cerca al río Cauca y eso provea un mejor entorno.
Hernán Sánchez, biólogo del proyecto Hidroituango sostuvo que se están determinando los sitios finales a dónde se podrían trasladar especies, tras el llenado de Hidroituango. Indicó que se realizan actividades de restauración y revitalización de bosques.
En abril próximo se abriría un centro de atención de fauna en Ituango, norte de Antioquia, donde se pueden realizar hasta cirugías.
Junto con Hidroituango en el departamento se construyó la PCH de Alejandría y están en proyectos otras en diferentes localidades de Antioquia.
Ana Cecilia Herrera Romero, directora ambiental de Gen más, empresa que junto con las administraciones municipales adelanta proyectos de PCH, sostuvo que se evalúan y gestionan los riesgos e impactos ambientales desde que se concibe el proyecto.
Además, la autoridad ambiental impone obligaciones de manera que se garantice la protección de las especies, realiza control y seguimiento.
Directivos de Corantioquia, corporación ambiental, indicaron que existen zonas prioritarias para la conservación de la biodiversidad como “el corredor del puma que cubre gran parte del norte de Antioquia, y abarca desde el sistema de páramos y bosques altoandinos (municipio de Belmira) hasta parte del Magdalena Medio Antioqueño”. Además se desarrollan convenios para conocer más a fondo las especies que habitan la jurisdicción de la Corporación.