“Es imposible que los Jueces en cumplimento de control de garantías sepan el lugar de ubicación de cada uno de los asegurados o condenados, pues dicha misión únicamente recae sobre el Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec)”.
Así lo señaló a EL COLOMBIANO Diego Herrera Lozano, Juez 4 penal municipal con función de control de garantías ambulante de Antioquia, Bacrim, quien el pasado 20 de agosto le dictó a alias “Pichi” una medida de aseguramiento en la cárcel de La Picota, en Bogotá, el mismo establecimiento penitenciario en el que se encuentra alias “Tom”, cabecilla de la organización delincuencial “la Oficina”.
Según el funcionario, esa decisión la tomó porque la argumentación de la Fiscalía fue débil, comparada con la que dio el abogado defensor de “Pichi”.
En sus propias palabras, Daniel Tapias, Fiscal 70 especializado, y quien dirige la investigación contra Juan Carlos Castro, alias “Pichi”, no llevó a cabo una debida motivación para que el presunto delincuente fuera remitido a la Cárcel de Jamundí, en el Valle del Cauca. El juez aseguró que fiscal “únicamente precisó que por directrices impartidas desde el nivel central de la Fiscalía, este sería el lugar para que cumpliera la medida el asegurado”.
El juez 4 calificó ese argumento del fiscal como “exiguo y no satisfactorio”, al punto de ser desconocido por el procurador del caso, Luis Manuel Guarín Manrique.
Por el contrario, anotó el funcionario, la defensa del asegurado motivó en debida forma la ubicación de alias “Pichi” en La Picota. Una de sus razones es que en la prisión de Jamundí estaban “otras personas que podrían tener vinculación con organizaciones contrarias; la cercanía del mismo con su grupo familiar y la posibilidad de ejercitar una completa maniobra defensiva con el mismo”, al ponerse en contacto con su cliente en la ciudad de Bogotá.
En comunicación remitida a EL COLOMBIANO, Herrera Lozano indicó que “ante dichas argumentaciones el delegado fiscal guardó silencio. Ni siquiera puso de presente a la audiencia que Juan Carlos Mesa Vallejo, alias “Tom”, estuviera allí. El señor Procurador convalidó la solicitud del Defensor. Finalmente ante la determinación adoptada por este funcionario imparcial, no se motivó recurso defensivo alguno”.
En declaraciones a EL COLOMBIANO, Claudia Carrasquilla Minami, directora Nacional contra el Crimen Organizado, de la Fiscalía, expresó el pasado lunes su desacuerdo con la medida tomada por el juez 4 y anunció que solicitaría al Inpec la reubicación de alias “Pichi” en otro centro de reclusión, ya que, en su sentir, La Picota no es un sitio que revista garantías suficientes para evitar que este tipo de personajes sigan delinquiendo desde allí.
El criterio del juez 4 es que, la Fiscalía, por lealtad procesal, y al haber tramitado las actuaciones contra los dos cabecillas de “La Oficina”, debió haber planteado sus objeciones en el marco de la audiencia, “no momentos después de concluirse la audiencia concentrada, para ocultar el indebido manejo y la exigua argumentación que llevó a cabo al interior de la misma su delegado. Y sí, propiciando desinformación y malos entendidos a la comunidad en general”.
El mismo funcionario señaló que solo el 21 de agosto el fiscal del caso, solicitó la variación del sitio de reclusión de “Pichi”. Añadió que solo ese día “se puso de presente por el policía judicial del caso que Juan Carlos Mesa Vallejo, alias “Tom”, estaba en el mismo establecimiento penitenciario La Picota”.
En su carta, el juez 4 controvirtió la advertencia de la fiscal Carrasquilla sobre los riesgos de tener en un mismo sitio de reclusión a los dos capos de “la Oficina”.
De acuerdo con Herrera Lozano, “partir de un argumento como el que se propone en dicha publicación de este medio de comunicación, tendiente a que por el hecho de que concurran en un establecimiento penitenciario y carcelario dos presuntos integrantes de una misma organización continuarán su actividad delincuencial, es desconocer, con marcada desfachatez, la actividad recta que llevan a cabo centenar de integrantes de una institución como el Inpec, en el marco de un fin estatal como el de la administración de justicia, verbigracia, como ocurre ahora, con los Jueces de Control de Garantías Ambulantes de Antioquia -Bacrim-, excelso grupo del que me enorgullezco hacer parte”.
Es de recordar que alias “Pichi Belén” asumió el control de “la Oficina” en diciembre de 2017, luego de que Juan Carlos Mesa Vallejo, más conocido como “Tom”, fuera capturado. “Desde entonces se encargó de liderar diferentes alianzas criminales para el tráfico internacional de cocaína y el desarrollo de estrategias de expansión delictiva”, reportó la Policía.
Por concierto para delinquir ya había estado en prisión, en 2013, y la fiscal Carrasquilla no sabe explicar por qué, en 2018, ya se encontraba en libertad.
Según la Policía, “Pichi Belén” lideraba 6 de las 10 principales Organizaciones Delincuenciales Integradas al Narcotráfico (Odín) del Valle de Aburrá, con unos 650 hombres a su cargo de manera directa y otros 1.400 de manera indirecta.