Es muy sencillo, para los industriales no es conveniente una restricción como el “pico y placa ambiental” que les indique en qué momento pueden o no usar las calderas de sus empresas.
No es falta de voluntad de los dirigentes del sector, simplemente es una medida que no es viable para su cadena productiva, la cual, de ser afectada, impactaría directamente en el empleo de la región.
Sin embargo, desde la crisis ambiental que sufrió el Valle de Aburrá en el primer semestre de 2016 y que se está repitiendo este año, los industriales vienen trabajando con el Área Metropolitana —máxima autoridad ambiental de la región— en la elaboración de unos planes de mejoramiento, entre los cuales se incluye un proyecto de manejo de calderas.
“Las empresas están trabajando en mejorar sus emisiones, pero esto es algo complejo para la producción, no solo porque al prender y apagar una caldera se contamina más, sino también por el impacto económico y de empleo en la ciudad. Hay plantas que no pueden parar sus calderas en ningún momento”, explicó Juan Camilo Quintero Medina, gerente seccional de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
El dirigente gremial le dijo a EL COLOMBIANO que la semana pasada se reunieron nuevamente con el Área y presentaron unas propuestas que consisten en capacitar a los operarios de las calderas —para darles un uso más eficiente— y se expuso el uso de tecnologías que permiten atrapar los componentes más contaminantes, como el material particulado PM 2,5.
¿Y las emisiones móviles?
El gerente de la Andi seccional Antioquia comentó que, en el Valle de Aburrá, la industria genera menos del 20 % de los gases dañinos y que el 80 % de esta contaminación proviene de las emisiones móviles.
“Hoy tenemos circulando por la región un mayor número de vehículos, estos generan contaminación. Hay zonas que tienen mucho tráfico y la gente asocia la polución de ese sector con la industria y resulta que es por las emisiones móviles. Debemos insistir en la revisión tecnicomecánica y en el buen manejo de motos, automóviles, que a pesar de que las ensambladoras cumplen las normas, muchas veces los usuarios no hacen las revisiones y, además, la conducción de los vehículos no es la más adecuada”, concluyó Quintero Medina.
Trabajo con el Área
La subdirectora Ambiental del Área Metropolitana, María del Pilar Restrepo Mesa, le confirmó a EL COLOMBIANO que, en efecto, la autoridad mantiene una mesa de trabajo activa con los industriales y que ellos están elaborando los planes de mejoramiento para las empresas que tienen emisiones de partículas contaminantes mayores a los 80 miligramos por metro cúbico, para que puedan empezar a minimizar el impacto.
La funcionaria agregó que más que un “pico y placa ambiental” para las calderas del Aburrá, lo que se debe implementar por obligación en cada empresa de la región —con más de 200 trabajadores— es el Plan de Movilidad Sostenible (PMS), que provee soluciones de transporte y que tengan el potencial de mitigar los impactos ambientales al aire generados por los desplazamientos que realizan los trabajadores hacia y desde su lugar de trabajo..