Los 125 carros eléctricos que circulan hoy en el Valle de Aburrá y oriente cercano tienen dos estaciones de carga rápida, una en Exposiciones (centro de Medellín) y otra cerca del aeropuerto internacional José María Córdova, en Rionegro.
La cifra exacta la suministra Empresas Públicas de Medellín (EPM), por ahora la única entidad que presta este servicio en la región a clientes inscritos.
“El propietario debe llamar o ir a una de nuestras oficinas para solicitar el acceso a una de estas estaciones, porque antes debemos verificar las condiciones técnicas del vehículo”, señala José Fernando Isaza, líder del Programa de Movilidad Eléctrica de EPM.
Tras entregar la información, el propietario recibe una tarjeta magnética que le permite activar el cargador y que, a la vez, sirve para identificarlo y cobrarle su uso en la factura de los servicios públicos de su vivienda o empresa. “Esa es otra ventaja, los usuarios no necesitan tener dinero en ese momento”, asegura Isaza.