Cuando vendedores ambulantes, albañiles, recicladores, trabajadoras domésticas y desplazados, y sus familias, apenas empezaban a dimensionar la situación en la que los dejó el incendio ocurrido en el sector de invasión El Oasis, en el barrio Moravia, desde diferentes sectores se manifestó el apoyo para ellos.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, indicó que el fuego se originó, al parecer, por un corto circuito en una casa ubicada a la orilla de la vía Regional y se extendió rápidamente.
El balance inicial da cuenta de que 401 personas, de 108 familias, fueron inscritas como damnificadas, pero anoche, funcionarios de la administración municipal continuaban este proceso. 12 personas fueron atendidas por pequeñas lesiones e inhalación de humo.
Algunos afectados pasaron la noche en una escuela de Moravia y casas vecinas.
El mandatario dijo que los bomberos tuvieron dificultades de acceso a la zona afectada, por la fuerte pendiente del lugar.
Gutiérrez anunció que la Alcaldía les brindará a las familias asistencia social y llamó a la solidaridad ciudadana. Para ello se habilitó la cuenta corriente 003666666-61 de Bancolombia, a nombre de la Corporación Antioquia Presente.
La Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia recibe, desde las 8:00 a.m. de este sábado, donaciones en especie como mercados, dotaciones de cocinas, ropa, aseo, colchonetas, en su sede de la avenida Guayabal.
La Personería de Medellín dispuso la Casa de Justicia de El Bosque, en la carrera 52 con calle 71, para que la comunidad lleve sus ayudas.
Sin nada
José Manuel Basilio, desplazado del sur de Córdoba, no dejaba de agradecerle a Dios, porque él y su familia escaparon de las llamas, pero se lamentaba, porque solo pudo recuperar dos neveras, la suya y la de una de sus hijas, y un poco de ropa.
Su petición era que le proporcionaran un techo donde pasar la noche con sus cuatro hijos y cinco nietos, ya que el único sitio seguro que encontró para ubicarse, poco después del incendio, fue abajo del puente de Moravia del complejo vial Santa Madre Laura. Este hombre llevaba tres años viviendo en El Oasis.
“El fuego se extendió muy rápido, como si hubieran echado gasolina y no salvé casi nada del hogar, pero muchos vecinos no pudieron sacar ni las mascotas”, relató José Manuel, quien tiene 60 años y que también salvó su sombrero aguadeño, que llevaba puesto.
“¿Por qué la desgracia cae sobre los pobres?”, se preguntaba, en voz alta, Andrés Mauricio Rodríguez, un joven de tez morena, vendedor de confites, bolsas de basura y barras de incienso, y padre de dos niñas.
El hombre, que no supera los 25 años de edad, expresaba su rabia, porque los pocos objetos personales que logró salvar se los robaron y solo quedó con una camiseta tipo esqueleto, un pantalón corto y unos tenis, ensopados por el agua de los bomberos.
“Quedé damnificado, con dos hijas y cinco hermanos más, menores de edad, que están a mi cargo, porque mi madre está en la cárcel y ahora no sé para dónde llevarlos, porque no quiero ir a un albergue, ya que son muchos niños para que estén en ese lugar”, decía.
Relató que el incendio se inició a las 9:30 de la mañana de ayer y rápidamente se extendió, a pesar de la presencia inicial de tres máquinas de los bomberos en el lugar. El fuego fue dominado completamente a la 1:30 de la tarde.
