Con 150 kilogramos de Indugel, un explosivo proporcionado por el Ejército, a las 4:05 de la tarde de este domingo se realizó la explosión controlada en el kilómetro 14+350 de la autopista Medellín-Bogotá, en jurisdicción del municipio de Copacabana, con el fin de dar solución a un derrumbe que tiene la vía cerrada desde el pasado miércoles.
Las autoridades llevaron a cabo todo un despliegue operativo en el que participaron 262 personas de diferentes instituciones. Por seguridad se acordonó un sector de 300 metros a la redonda del derrumbe y fueron evacuadas 84 familias, que ya pueden regresar a sus casas.
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Por lo menos 50 mil metros cúbicos de tierra serán llevados a los municipios de Copacabana y Girardota, para lo que se dispondrán 12 unidades de maquinaria amarilla y hasta 150 volquetas.
Hernán Velasco, gerente de la empresa Atila Implosiones, detalló que para la explosión fueron necesarias 42 cargas de 150 kilos de Indugel Plus -un material explosivo elaborado por la industria militar-, 1.800 metros de cordón detonante, 24 estopines temporizadores para la voladura y tres detonadores.
“Una estructura que estaba completamente inestable, amenazando caer en cualquier momento, la pudimos controlar haciendo que cayera en el momento en que nosotros quisiéramos y en la forma en que quisiéramos para poder retirar el material”, explicó Velasco.
El derrumbe, que se presentó el pasado miércoles 28 de diciembre cuando se abrió una grieta de cinco metros en la montaña, no había podido ser removido por la caída de material en el lugar.
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La vía cumple este domingo cinco días cerrada, afectando a los viajeros que en esta época del año se movilizan desde oriente del país hacia a la capital antioqueña, y viceversa.
Tras la explosión de 1,2 segundos, la siguiente tarea es retirar la totalidad del material que cayó de la montaña. Velasco informó que para las rocas grandes se usará una retroexcavadora con un martillo hidráulico, que las partirá y las subirá a las volquetas para llevarlas a los sitios de disposición de residuos.
“Un éxito, ya nos podemos ir a descansar”: así calificó la operación el gerente de Atila, una compañía que tiene 35 años de experiencia en explosiones controladas.