Si la organización de los Juegos Suramericanos 2010 les pidieran a las principales figuras de los 15 países dar un paso al frente, Natalia Sánchez estaría en ese ramillete.
La joven de ojos claros y voz suave, de 17 años de edad, fue la primera gimnasta colombiana en participar en unos Juegos Olímpicos (Pekín 2008) y ya le dio al país sendas medallas de plata y bronce en las copas del mundo de Escocia (barras asimétricas) y Eslovenia (vigas), respectivamente, en 2008. Estos pergaminos hablan de su calidad.
A Natalia no le gusta prometer nada. Dice que lo único que puede esperar la gente es que "por esa puerta saldré después de darlo todo en el escenario, no me llevaré nada. Los resultados serán consecuencia del esfuerzo".
Luego de varios días de concentración en Medellín, la llanera Sánchez, nacida y formada en Villavicencio, pero en la actualidad residenciada en Boyacá, cuenta que la cercanía de las competencias es algo "emocionante" y que siente la presión normal de todo deportista de alto rendimiento cada vez que se acerca la hora cero. La tranquiliza el hecho de estar en casa y en uno de los mejores coliseos del continente.
"Cuando se siente el respaldo de la afición uno se acuerda que es el anfitrión y sabe que no tendrá que pelear contra el público", advierte Natalia, al reconocer que dos brasileñas y una venezolana, que también asistieron a los Olímpicos, serán sus principales rivales. Y aunque ella ha tenido inconvenientes en los últimos días (trauma de tobillo y contractura de isquiotibiales), lucha para recuperar su forma y brindarle medallas a Colombia. La experiencia le dice que debe estar tranquila.
Natalia comenzó a entrenar tarde (10 años) por falta de oportunidades en Villavicencio. Pero eso no fue ningún impedimento para brillar. Luego de terminar su bachillerato con énfasis en Artes Plásticas, en 2008, en los ratos libres pinta óleos. Y como una niña emprendedora, se capacita en inglés. Por ahora, dice que está en evolución y que tiene mucho por dar.
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