- Cinco días de inauguración oficial, gerente del Metro resalta sus ventajas.
- "El metro está en el corazón de la comunidad", dice Ramiro Márquez.
- ¿Y qué tal llevar Metrocable a Piedras Blancas? Una idea que sugiere analizar.
Gustavo Adolfo Gallo Machado
Medellín
Cuando habla del proyecto Metrocable, Ramiro Márquez Ramírez, gerente de la empresa Metro, lo hace con entusiasmo, como si fuera la primera empresa a la que se le midió y salió avante.
En cinco días Medellín estrenará una obra que tardó 14 meses en construirse y que tiene a los barrios de la zona Nororiental felices.
Ramiro Márquez, uno de los impulsores de la obra, cuenta orgulloso el trabajo social que desarrolló la empresa en los barrios Andalucía, Popular y Santo Domingo Savio, que permitió cambiarles el rostro y las perspectivas futuras a una zona estigmatizada por la violencia.
Justifica los 68.350 millones de inversión del Municipio de Medellín y el Metro porque la gente ganó calidad de vida.
¿Por qué hacer el Metrocable en la zona Nororiental y no en otra de Medellín?
"Se tuvo en cuenta la topografía de la zona, que contribuyó fundamentalmente a madurar la idea. En el camino encontramos que por asuntos de costos le agregaría un valor a la solución del problema social de esos barrios. Esas dos características se dieron y por eso estamos inaugurando nuestro sistema Metrocable".
¿Y de dónde sale la idea de un proyecto de transporte a través de un cable aéreo?
"El Metro de Medellín, años atrás, buscando incrementar el número de usuarios, piensa en algunos sistemas, entre ellos uno de telecabinas en la Nororiental. No pasó de ser una idea con un poco de elaboración. En las elecciones del período anterior se le presenta la idea a los candidatos y luego del triunfo de Luis Pérez Gutiérrez decide incorporar el proyecto en su plan de Gobierno. La Junta Directiva lo encuentra viable y así comenzamos a trabajar este proyecto con mucha pasión".
El proyecto no sólo fue constructivo. ¿El problema social de la zona implicó algún trabajo?
"Así es, llevamos un componente social muy importante porque no sólo pusimos lo que llamo los fierros. Desde antes, casi dos años atrás, nos dedicamos a penetrar en esa comunidad. Lo de hoy nos tiene sobrecogidos porque la gente respondió de manera excelente".
Para nadie es un secreto que en la zona había grupos armados. ¿Eso fue impedimento?
"Ese era un riesgo porque sabíamos que allí, como en tantos sitios de Medellín, se movilizaban grupos al margen de la ley. Sin embargo, con la credibilidad que genera el trabajo social del Metro nos presentamos a decir la verdad. Lo contamos a través de más de 2.000 reuniones con iglesias, con Juntas de Acción Comunal, con Juntas Administradoras Locales, profesores, niños, con grupos de líderes..."
¿Incluso con los mismos grupos armados?
"Se habló con ellos dándoles garantías de que allí no íbamos a frustrar a nadie. La gente se transporta con el mismo tiquete del Metro, sin valorización. Garantizamos que la mano de obra fue de la zona. Hicimos reuniones, las fiestas de los niños, de las madres, la semana santa, las navidades. Es claro que el Metro está en el corazón de la comunidad y la comunidad está en el corazón del Metro".
Cómo se garantizaron los recursos de la obra?
"Se le dijo a la Administración Municipal: hacemos el proyecto pero con la plata asegurada porque la del Metro se tenía en caja. Así se hizo y por eso no tuvimos inconvenientes".
¿Las dificultades económicas y jurídicas del Metro podrían trascender al Metrocable?
"Los equipos son operados por el Metro, los activos fijos pertenecen al Municipio de Medellín y no veo inconvenientes frente a los líos jurídicos y financieros del Metro, que pongan en riesgo el Metrocable".
¿Cómo será el sostenimiento futuro del proyecto?
"En el Metro tenemos las líneas A, B, C y el Metrocable será la línea K, como una rama más. Su operación está englobada dentro de la nuestra, así como el mantenimiento. Será parte de la empresa dentro de una sola unidad del caja".
¿Cuáles son los beneficios para los habitantes de la zona Nororiental?
"Cuando comienzan a sobrar no menos de 2.000 o 2.500 pesos diarios por persona, eso proyectado a una familia y a varios días en el mes, son unos ahorros importantes. A las personas cuando les sobra no menos de hora y media al día, implica mejorar la productividad y tiempo para dedicar a la familia, al estudio, a la recreación o a hacer otros trabajos".
En muchos sectores de Medellín dicen que sienten miedo de subir al Metrocable porque la zona es peligrosa. ¿Usted piensa lo mismo?
"Cuando entregamos las estaciones el jueves, la comunidad nos dijo: la seguridad ha mejorado en un ciento por ciento. Invitamos a la gente del Valle de Aburrá a que suban a la zona Nororiental a conocer una gente trabajadora, de bien, amable, que se quiere superar".
Por persona se dice que en este proyecto hubo una inversión de 250.000 pesos para los 300.000 beneficiarios. Los críticos dicen que con esos $68.000 millones se hubieran hecho inversiones sociales. ¿Qué piensa de esto?
"Son críticas respetables pero hay que entender que siempre cualquier obra induce desarrollo. Cuando hace una casa busca el camino para llegar allí. El alcalde Sergio Fajardo hará una inversión significativa con proyectos de salud, de cultura, recreación, medio ambiente. Otra cosa es decir que 250.000 pesos por persona no es una cifra importante para en año y medio disminuir sus índices de violencia. ¿Cuántos programas de paz, con lo importante que son, cuestan más dinero y son menos efectivos?".
Seguramente le han llegado cartas de otros barrios de Medellín pidiendo proyectos similares ¿Hay algo al respecto?
"Han llegado no sólo cartas sino manifestaciones personales de organizaciones y las estamos mirando con detenimiento, pero no somos amigos de crear falsas expectativas. Hemos mirado ideas y creemos que debemos fijarnos en la zona occidental y porque no, llegar al parque natural de Piedras Blancas. No tenemos nada definido, pero estamos en el análisis".
¿Y un eventual aporte del Estado?
El gerente del Metro planteó la posibilidad de que la Nación intervenga en la financiación del proyecto Metrocable a través de la fórmula 70-30, similar a la fórmula que financia proyectos como Transmilenio en Bogotá, MÍO en Cali o Megabús en Pereira.
"Este es un sistema alimentador del Metro de Medellín y como tal puede aplicar para que se le tenga en cuenta en las consideraciones de la Ley de Metros. Creemos que tenemos forma de demostrar que cumplimos los requisitos que exige la ley para que el Gobierno Nacional se vincule a la obra con el 70 por ciento como lo ha hecho con otras obras", dijo Ramiro Márquez Ramírez.
De igual forma, el funcionario sostuvo que la comunidad nunca tuvo reparos para que las obras se hicieran en los barrios. "No llegamos a atropellar a nadie y no hubo inconvenientes con las comunidades. Lamentablemente en otras áreas del Valle de Aburrá cuando se va a comprar una pequeña franja de tierra para el paso de una vía o para cualquier otro programa de desarrollo la gente es muy reacia. Aquí eso no pasó. Y eso gracias al trabajo social que hicimos y a la total disposición de los ciudadanos".