Los toms de la batería daban la entrada de Trust, primer track del álbum Cryptic Writings y primera canción de Megadeth en suelo antioqueño. Aparecieron uno a uno los integrantes de la banda: Shawn Drover (batería), Dave Ellefson (bajo), Chris Broderick (guitarra) y, por último, Dave Mustaine (guitarra y voz), el alto pelirrojo considerado el padrino del Thrash Metal, quien hizo estallar al público y las luces al saludar con las primeras líneas de la canción.
El Polideportivo Sur de Envigado iba a reventar. La acústica no permitía apreciar bien el gigante sonido de la banda, pero los asistentes, como alumnos recitando de memoria, cantaban a más no poder. Se veían las manos con cuernos arriba (el puño levantado con el índice y el meñique igual) y, una vez más, se sentía Medellín como la capital colombiana del rock; título que se tenía perdido desde hace un par de décadas.
Terminada Trust empezaron a sonar, una tras otra, las canciones insignia de la banda: Wake Up Dead, con un set de solos de guitarra digna de aquellos que ya tienen el instrumento como una prolongación de sus extremidades. En Hangar 18 el público acompañó con un “oh-oh-oh-ooooh” cada pasaje del tema. Siguieron She-Wolf, Public Enemy Number One y Angry Again, hasta que se alcanzó la primera cima de la montaña paisa que escalaba la banda al interpretar A Tout Le Monde, posiblemente su canción más reconocida. Interpretaciones perfectas, que gracias a las mejoras de sonido que fueron dándose en el desarrollo de los primeros cortes, dejaron boquiabierto a un público sediento de metal desde hace muchos años en Medellín.
Ya llegando al final del show, Mustaine y compañía sacaron su as bajo la manga con Peace Sells. El público preparado para el evento, empezó a mostrar hojas blancas con símbolos de la paz dibujados en ellas, creando un espectáculo visual mientras Megadeth montaba una banda sonora que finalizó con Holy Wars, un ametrallador tema que liquidó la energía de los asistentes que desgarraban sus gargantas al gritar cada estrofa.
Megadeth es una banda que aún tiene mucho que entregar y Medellín una plaza que aún tiene mucho por recuperar en lo que a espectáculos se refiere; pero ayer los metaleros dimos prueba de que es posible y aportamos como público que paga por ver grandes shows. Los paisas vimos otra vez historia en desarrollo después de años de inanición por falta de conciertos pagos de alta talla.
Durante casi una hora y treinta minutos la banda californiana mostró por qué, después de 28 años, sigue siendo un referente del buen metal y una influencia para todas las nuevas agrupaciones. Aunque no sea la misma de los videos de los 90 y Mustaine ya luzca un tanto desgastado, la presencia de este músico y sus tres acompañantes genera un ambiente de respeto hacia estos íconos del metal, que con cada canción se entregan de lleno al público. Pero todos quedamos con ganas de más, no por Megadeth, sino porque se repitan este tipo de espectáculos. Tener la oportunidad de reivindicarnos como capital colombiana del rock, algo que es más responsabilidad del público rockero que de los mismos empresarios, porque no todo es gratis. Cosa que mostraron perfectamente los seguidores del metal ayer, gracias a la buena asistencia que hubo. ¡Valió la pena pagar!
Pico y Placa Medellín
viernes
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