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Madison Bumgarner salió del bullpen y lanzó cinco entradas de un relevo casi perfecto, Pablo Sandoval anotó un par de carreras y los Gigantes de San Francisco doblegaron el miércoles 3-2 a los Reales de Kansas City en un vibrante séptimo juego de la Serie Mundial.
Al ganar por octava vez consecutiva en un partido de postemporada con la soga en el cuello, San Francisco se proclamó campeón por tercera vez en cinco temporadas.
Los antecedentes remaban en contra de los Gigantes, con el recordatorio que habían transcurrido más de tres décadas desde la última vez que un equipo -los Piratas de Pittsburgh- se coronó al ganar el séptimo juego en estadio ajeno.
En un duelo en el que ambos abridores no duraron nada en el montículo, los mánagers Bruce Bochy y Ned Yost protagonizaron un mano a mano con su bullpens.
Y Bochy tenía la mejor arma a su disposición, la frialdad del espigado zurdo Bumgarner, de 25 años, quien acabó con un rescate en su tercera aparición de este Clásico de Otoño para ser consagrado como el Jugador Más Valioso.
Como signo de exclamación de una de las actuaciones más brillantes en la historia de la postemporada, Bumgarner retiró a 14 bateadores de manera consecutiva tras apenas dos días de descanso.
Sólo se llevó un susto para sacar el último out. Luego que el jardinero central Gregor Blanco pifió al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon, Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul al tercera base Pablo Sandoval para el out número 27 de la noche.
"No puedo mentirles más. Estoy fundido", dijo Bumgarner.
Los Gigantes salieron campeones en 2010 al vencer en cinco juegos a Texas, conquistando su primer título desde 1954 en Nueva York. Dos años después, barrieron a los Tigres para el siguiente título.
Con un patrón de crecerse en los años pares, los Gigantes se convirtieron en el segundo equipo de la Liga Nacional que gana tres títulos en un lapso de cinco años, igualando a los Cardenales de San Luis de 1942-46.
También salieron triunfantes de la segunda Serie Mundial de la historia dirimida entre wildcards.
Para los Reales, fue el final de una mágica temporada, en la que se clasificaron a los playoffs por primera vez desde que en 1985 obtuvieron su primer campeonato.