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"Si usted antes era ilegítimo, hoy está más cargado de ilegitimidad", dijo ayer en tono enérgico un indignado Henrique Capriles tras conocer los resultados anunciados por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, que dieron el triunfo al candidato oficialista Nicolás Maduro por una diferencia del 1,6 por ciento de los votos.
El gobernador de Miranda aseguró ayer que la oposición no reconoce los resultados de las elecciones que otorgaron el 50,66 por ciento de los votos al chavismo contra el 49,07 obtenidos por su propuesta.
"No reconocemos estos resultados hasta que cada voto sea contado", aseguró Capriles, quien exigió al CNE que permita al Comando Simón Bolívar tener acceso a las papeletas y a las actas electorales. "Nosotros tenemos un resultado muy distinto al expresado hoy (ayer)", añadió.
Usando la chaqueta y la gorra tricolor que lo han caracterizado en sus apariciones públicas, el aspirante por la Mesa de Unidad Democrática sostuvo en alto una pila de papeles asegurando que en esas hojas estaban consignadas unas 3.200 "incidencias" del proceso electoral, incluidos el cierre de fronteras para limitar la votación y el uso de la fuerza para "amedrentar" a votantes".
Capriles negó tajantemente que hubiese contactado a Maduro minutos antes de conocerse los resultados para proponerle un pacto electoral. "Yo no pacto con la corrupción. Mi pacto es con Dios y los venezolanos", aseveró.
Resaltó el hecho de que casi un millón de electores oficialistas votaron por su propuesta y exigió la salida del país de los altos mandos del Ejército cubano. Planteó también un reto a Maduro.
"El gran derrotado del día de hoy es usted y lo que usted representa. No se equivoquen, nosotros estamos aquí para defender al país".
Minutos antes, Maduro se había referido también a irregularidades al anunciar su triunfo. "Este humilde servidor fue sometido a tres semanas de guerra sucia. Gracias a Dios ¡Victoriosos, estamos victoriosos con la Constitución en la mano…", dijo Maduro, refiriéndose al corto periodo que hubo para hacer campaña electoral.
El camino se bifurca ahora para el elegido por el chavismo, mientras la oposición ve cómo se esfuman las esperanzas del fortalecimiento económico con el fomento a la deuda externa y el levantamiento al control de precios.
Maduro deberá decidir ahora si continuar con el guión que el oficialismo redactó para él o si apartarse de la sombra de Hugo Chávez para dar forma a políticas propias.