No es de los que se queda mucho tiempo en un lugar. A sus alturas (y no en edad), Santiago Gamboa está seguro que nunca va a permanecer para siempre en un solo sitio. Es un viajero compulsivo al que le gusta tener siempre una reserva entre el bolsillo.
El escritor colombiano, por demás, viene mucho al país, aunque no haya regresado nunca desde que se fue, a los 19 años. Y los viajes han sido importantes en su escritura, tanto como la literatura. Sin embargo, mejor que lo diga él.
¿En que está Santiago Gamboa? ¿Qué va a hacer en estos meses de visita en Colombia?
"Voy a estar reorganizando cosas y en junio me voy a vivir a Italia. Estoy escribiendo varias cosas simultáneamente. La más adelantada es un libro sobre la India, y también tengo una idea de novela, que espero desarrollar durante este año".
¿Y el libro sobre la India, cuando estará listo?
"Creo que para principios del año entrante, una cosa así. Es un libro con muchísimas aventuras personales, pero también con una historia de la India, de sus viajeros , historias literarias, con todo tipo de personajes, de conversaciones. Es un libro, digamos, canónico, sobre un país, al estilo de las narraciones de viaje".
¿Los viajes y vivir en otro lugar han sido muy importantes para usted?
"Sí, en realidad nunca he regresado. He pasado temporadas largas de mi vida en Colombia, muchas veces, he venido prácticamente todos los años desde hace unos 25, inclusive a veces he venido dos, tres y hasta cuatro veces por año. He vivido en España, en Francia, en la India, pasado temporadas largas en China. Soy viajero compulsivo, es una manera mía de vivir, que ya es muy difícil de cambiar".
¿Para un escritor, qué tan necesario es viajar?
"Hay muchos tipos de escritores. Para mí los viajes son fundamentales porque me permiten conocer el mundo o la vida, conocerme más a mí mismo. Me gusta estar en lugares lejanos donde soy extraño para ellos, donde mis costumbres son raras, excéntricas, mi modo de ser es visto como algo raro, turbador. Me parece que es muy bueno ver el mundo desde diferentes ángulos, la política, la pintura, incluso la economía. Europa desde la India es todo un pequeño país, donde todos los idiomas europeos son uno solo. También América Latina se ve distinto desde la India, se ve su riqueza natural, se envidia el hecho que no sea sobrepoblado, se ve como un valor enorme el agua, el cielo es azul, todo lo que hay en ella y que empieza a no haber en otras partes del mundo".
Muchos escritores colombianos están fuera...
"Eso es muy normal en un escritor. Es una persona curiosa, que quiere y necesita versiones un poco más complejas de la vida y uno cuando se queda en un mismo lugar termina por conocer todo, aunque eso no necesariamente es negativo. Hay gente que se ha quedado en Colombia como Mario Mendoza, como Enrique Serrano, que no han vivido fuera y sin embargo, tienen una obra desarrolladísima, en el caso de Enrique, además una muy cosmopolita , histórica. Por lo tanto eso tampoco es una regla. No hay que irse para ser el gran escritor, y tampoco está prohibido quedarse".
Precisamente, ¿cómo ve la literatura colombiana? ¿Tenemos presente?
"Creo que hay gran actividad en todos los frentes y en todas las generaciones. Hay una literatura que está en activo, de autores mayores como García Márquez y Álvaro Mutis. Luego está una donde está Fernando Vallejo y Laura Restrepo. Hay otra donde está William Ospina, Roberto Burgos y después está mi generación, donde está Héctor Abad, Mario Mendoza, Enrique Serrano, pero nosotros que hace diez años éramos los jóvenes, ya no lo somos. Ahora son autores como Antonio García, Antonio Húngaro, Carolina Sanín. Todavía hay inclusive más jóvenes como Andrés Felipe Solano. Y ya son todos autores que tienen unos recorridos muy interesantes. Pienso que la literatura colombiana ha sido muy rica y pues que sigue dando muestras de movimiento. Ahora, no sé si entre alguno de nosotros haya un gran genio de la literatura como lo es García Márquez o Fernando Vallejo, pero el tiempo lo dirá".
En qué momento Santiago dice, soy escritor...
"Creo que el momento que uno ya es escritor depende de la definición que uno tenga. Para mí, en términos profesionales, diría que es aquel que tiene lectores anónimos, porque un escritor que escribe un manuscrito en su casa, que se lo da a leer a cinco amigos, pues también es su grado y su modo de serlo, pero para mí que todavía no sale de un universo privado. Para mí el escritor es el que sale al espacio público, donde está el desconocido, y entregas tu texto que va a ser leído por gente que no te conoce, que no te quiere, que no tiene tus ideas, que no tiene tu edad y convicciones, y que por tanto va poder degustar tu libro. Ese es el momento en que uno se convierte en escritor".
¿Cuál fue su primer escrito?
"Lo primero que hice fue un cuentito muy sencillo, obviamente con una influencia de Juan Carlos Onetti, que era un escritor que en esos años leía. Fue un cuento con una serie de cierta voluntad, con cierta ambición. Eran seis páginas y tenía unos 16 años. El recuerdo que tengo es que no era un mal cuento. Era correcto, pero tampoco una cosa especialísima. Luego desapareció, pero me permitió continuar por el camino. Después lo que hice fue como pequeños capítulos, de cuentos, de libros, hasta que escribí mi primera novela. Tuve un inicio poco convencional, no empecé con un libro de poemas como lo hacen muchos escritores, sino que comencé directamente con una novela de 350 páginas, porque era lector de ellas".
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