Antes del debate en el Concejo Municipal sobre el complot contra el alcalde Alonso Salazar, habían caído una tras otra las cabezas de esa tela de araña: el "Cebollero", Guillermo Valencia Cossio, el General Pedreros, Control Total. Después del debate Luispérez decidió sacar la cabeza, no para defenderse ni para defender a sus amigotes, sino para atacar infundiendo sospechas.
Acusó de manera increíble al candidato de Compromiso Ciudadano y de la Alianza Social Indígena de recibir el apoyo de los paramilitares. Por supuesto, no le cuenta a nadie que allí donde existe una fuerte presencia de desmovilizados y de bandas armadas en activo Luispérez ganó las elecciones. Esto sucedió en las comunas 1, 2, 3, 6, 8 y 13. Allí repartió el presupuesto municipal antes de tenerlo en las manos a través de "pactos sociales" clientelistas y repartió prebendas que incrementaron a niveles asombrosos los gastos de su campaña.
De esa manera Luispérez puso en entredicho la legitimidad de las elecciones pasadas. Ante semejante despropósito, un grupo muy plural y significativo de ciudadanos y movimientos sociales y políticos hicimos declaraciones de apoyo al Alcalde y a la institucionalidad municipal. Con el debate abierto, Luispérez ha vuelto a contraatacar. Ahora se buscó un testigo, un abogado y un juez. Un testigo que dé fe de lo que él dice, un abogado que le ayude a su causa, un juez que dirima el pleito por la legitimidad.
¿Quién es esa figura tan importante? "Don Berna". Luispérez ha pedido que "Don Berna" atestigüe que lo que él dice es cierto, Luispérez cree que "Don Berna" es quien puede darle la razón, Luispérez ha solicitado que "Don Berna" sea el árbitro de la discusión sobre la legitimidad de nuestras autoridades ("que 'Don Berna' lo diga", tituló este diario el 29 de octubre pasado). Luispérez quiere que extendamos una alfombra para que él y "Don Berna" se paseen por ella diciéndonos qué es lo correcto, quiénes son los buenos políticos y cómo se llaman los ciudadanos decentes.
A mí no me preocupa esta pasarela con Luispérez y "Don Berna" tomados de la mano. Me preocupa más el montón de "gente de bien" que está detrás de este asunto. Los que se gastaron 20 mil millones en la campaña, los que perdieron todas las gabelas que tenían cuando el uno mandaba en La Alpujarra y el otro era el señor en los barrios, los que añoran una ciudad dominada por los intereses particulares. Me preocupan los que quieren que Medellín vuelva a ser una ciudad en la que puedan engatusar a los pobres con computadores de juguete mientras los vivos se comen el presupuesto.
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