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HISTÓRICO
Con una carta a la guerrilla, el municipio de Silvia, Cauca, pide que cesen los ataques
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Colprensa | Publicado

“Casi no tenemos trabajo y en Semana Santa, lo que buscamos es aprovechar que nos visiten que vean en este pueblo que hay una belleza que tal vez pasa desapercibida por los hechos de violencia que nos afectan más a quienes no tenemos nada que ver con la guerra”, señala un habitante de Silvia, Cauca.

Cuando tenía 5 años Lorena Tumbalá, aprendió a tejer los cinturones de hilo con los que gran parte de su mayores, de la comunidad indígena Misak, o guambianos, envuelven a los recién nacidos. De eso hace ya dos décadas y aún hoy Lorena, dice que la época de la Semana Santa era cuando vendía más cinturones, pues los turistas que llegaban numerosamente, se antojaban de la prenda y otras artesanías.

“A veces las personas de otras regiones aprecian más las cosas que se hacen aquí que los propios habitantes de la región”, dice la joven mujer.

Pero desde mediados de 2008, las acciones de grupos armados ilegales en la población y los combates entre la Fuerza Pública y la guerrilla, terminó por ahuyentar a las pocas personas que llegaban a la población.

“Ya casi nadie viene por acá en ninguna época, pues el temor de encontrarse con alguna balacera es muy grande”, agregó Lorena.

“Bienvenidos a la Suiza de América”, es lo que reza un letrero a la entrada de Silvia. Y es que la geografía de la localidad, la temperatura promedio de 5 grados centígrados y la belleza del paisaje, hicieron que en sus mejores momentos la localidad fuera el lugar preferido por europeos, llegados desde Cali, para hacer turismo, pesca y todo tipo de actividades en medio de un ambiente de romanticismo acompañado de la tradición y los ancestros nativos representados en los guambianos.

“Este llegó a ser en algunas épocas, el primer destino turístico del Cauca, incluso muchos empresarios caleños llegaron a estas tierras y compraron predios para establecerse, con la construcción de varias haciendas”, dijo José Alberto Muelas, uno de los habitantes de la región.

Pero las mismas haciendas y los predios que llegaron a ser un atractivo para otras personas, por su belleza, hoy están abandonadas.

Por esa razón, la comunidad decidió unirse y entre todos escribir una carta, dirigida a los comandantes de la guerrilla, porque dicen que ya no pueden resistir más la situación en la que se encuentran por culpa del conflicto armado.

Los guambianos dicen que en medio de la espiritualidad que representa la Semana Mayor, quieren volver a vivir en paz como antes lo hacían. Señalan que apoyan los diálogos de La Habana y que esperan finalmente la noticia sobre la terminación del conflicto que no solo ha derramado sangre en su región, sino que además ha traído pobreza.

“Que Dios a todos los negociadores tanto del Estado como a ustedes les ilumine en los diálogos de La Habana y permita que el camino de la paz sea sembrado de entendimiento y no de muerte para el bien de toda Colombia", son las frases escritas en un aparte al final de la carta abierta escrita a los guerrilleros.

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