Cómo duele que un burócrata, el columnista Gabriel Silva en el periódico del Gobierno -El Tiempo- trate y compare a su exjefe, el expresidente Álvaro Uribe Vélez con el jefe del cartel de Medellín y que toleremos semejante improperio; tristeza la que debe sentir el expresidente cuando su exministro de Defensa utiliza esas armas para atacarlo.
Cómo nos aflige a la mayoría de los colombianos que un sinvergüenza burócrata, que se ha acomodado para vivir de la Federación de Cafeteros, como muchos otros, y en puestos del Estado, que utilice la pluma queriendo acabar con la imagen del líder más importante, quiéranlo o no, más grande de la última centuria, con imagen internacional reconocida y apreciado por la mayoría del pueblo colombiano.
Luego sale una periodista, doña María Isabel Rueda, queriendo golpear al expresidente Uribe Vélez y su familia, creyendo que con su actitud conseguirá el objetivo; pareciera algo orquestado por el periodismo bogotano y de algunos bogoteños que utilizan el micrófono con sevicia hacia alguien que su pecado es haberle servido a la patria como ningún otro político, administrando y ejecutando con firmeza.
Como si fueran pocas las ofensas, aparece el periódico de los Cano, otrora, el decano de la prensa escrita colombiana, buscando acabar con el expresidente Uribe Vélez y su familia. Algo se está tejiendo contra una persona que ha sabido ponerles el pecho a todos los embates del terrorismo, de la guerrilla, del narcotráfico, del paramilitarismo y, como si fuera poco, tener que resistir el sensacionalismo y la calumnia de algunos periodistas, columnistas y locutores.
Los colombianos, en su gran mayoría, estamos mamados de periodistas, locutores y columnistas, que de una manera sesgada, oportunista y buscando el rating, se siguen aprovechando de una prensa libre para desprestigiar a las personas y en época preelectoral, demeritar a una persona que ha servido a la patria como el que más, aceptando la ingratitud de muchos que han ocupado posiciones importantes con su padrinazgo.
Qué dolor de patria sentimos la gran mayoría de los colombianos con el tratamiento que los que ostentan el poder de la prensa, hablada, escrita y televisiva, hacen de la honra del expresidente Uribe Vélez, una baratija injusta, creyendo que ese trato sesgado lo va a amilanar. Se equivocan. Si Dios lo permite, vamos a tener "Uribe Vélez" para un rato largo y que si a base de una mala prensa y atentados terroristas no lo han podido acabar, Colombia lo tendrá defendiendo la institucionalidad por mucho tiempo, para bien de la patria.
El oportunismo que utilizan muchos sin la prueba, debería ser sancionado. La tolerancia con una mala información ha llevado al lector, al radioescucha y al televidente a desconfiar; se requiere de más objetividad y manejar algo que engrandece, como es el respeto a las dignidades y al ser humano. Como vamos, vamos mal y el daño es a nuestra patria Colombia.
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